Esta pregunta ha hecho que intentarán desarrollar una vacuna contra el cáncer de páncreas, y así lo hicieron. Los resultados de las primeras pruebas en 16 pacientes fueron prometedoras. Ya que después de ponerse la vacuna, ninguno de los que les dio reacción a recaído.
El cáncer de páncreas es el tumor frío por antonomasia. Esto quiere decir, que el sistema inmune es incapaz de detectarlo y provocar inflamación (calor) para matarlo. Por eso en el páncreas no funciona la inmunoterapia, el tratamiento oncológico más exitoso de los últimos años.
En los tumores de la gente que ha sobrevivido había hasta 12 veces más células inmunes que en el resto de pacientes. Esas células inmunes se llaman linfocitos asesinos, un tipo de glóbulo blanco capaz de matar a otras células. Estos glóbulos blancos de los pacientes han aprendido a detectar las proteínas aberrantes que produce el tumor (llamadas neoantígenos) y aniquilarlo.
“Tras analizar muestras de supervivientes a largo plazo, nos preguntamos si podíamos emularlo en el resto de los pacientes”, explica Vinod Balachandran, médico del centro de Cáncer Sloan Kettering de Nueva York y líder del equipo que ha desarrollado la vacuna. Lo más importante, según él, es que a diferencia de lo que se pensaba hasta ahora, el Cáncer de páncreas sí que produce moléculas que permiten lanzar al sistema inmune contra él. En este difícil ensayo clínico se tuvo que fabricar una vacuna para cada paciente. Tras extirpar los tumores del abdomen de los 16 participantes, los investigadores secuenciaron su genoma e identificaron hasta 20 neoantígenos. Luego crearon vacunas de ARN que contenían la receta para que cada uno sintetizase en su organismo las moléculas específicas de su tumor.
Fuente: El País
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