Se ha logrado profundizar un poco más en los misterios de la fotosíntesis global, la combinación a escala planetaria de los procesos químicos que rigen el modo en que las plantas acuáticas y terrestres absorben y liberan el dióxido de carbono.
Lo descubierto en este nuevo estudio ayudará a los científicos a evaluar con mayor exactitud el avance del cambio climático.
El equipo que ha llevado a cabo la investigación, integrado por científicos estadounidenses, neerlandeses y australianos ha estimado que el ritmo global de la fotosíntesis es un 25 por ciento más rápido de lo que se creía.
Tras analizar más de 30 años de datos reunidos por el Instituto Scripps de Oceanografía, dependiente de la Universidad de California en San Diego, incluyendo muestras de aire recogidas y analizadas por la CSIRO y la Estación de Vigilancia de la Contaminación Atmosférica de Cabo Grim en Tasmania, los científicos han deducido la tasa media de fotosíntesis durante varias décadas, e identificado al fenómeno de El Niño - Oscilación del Sur (ENOS) como un regulador del tipo de átomos de oxígeno presentes en las emisiones de CO2 desde el polo norte hasta el polo sur.
El equipo de Lisa Welp del Instituto Scripps de Oceanografía en California, y Colin Allison de la CSIRO, analizó átomos de oxígeno en moléculas de CO2, lo que permitió estimar el tiempo que el CO2 estuvo en la atmósfera y con qué rapidez pasó por los vegetales.
De los resultados de los análisis, los científicos han estimado que el ritmo global de la fotosíntesis es un 25 por ciento más rápido de lo que se había creído.
El nuevo cálculo del ritmo global de la fotosíntesis ayudará a realizar otras estimaciones sobre la actividad de las plantas, tales como la capacidad de los bosques y los campos agrícolas para crecer y para fijar el carbono, y a redefinir cómo los científicos miden y modelan el ciclo del CO2 entre la atmósfera y los vegetales terrestres y acuáticos.
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