MECANISMO BIOLÓGICO TRAS LA PÉRDIDA DEL OÍDO

Escuchar música a todo volumen puede afectar a la salud de nuestro oído. De hecho, los científicos aconsejan utilizar tapones en los oídos para evitar daños permanentes. Sin embargo, un equipo de la Universidad de Pittsburgh ha descubierto el mecanismo biológico de la pérdida auditiva por ruidos fuertes, lo que podría permitir la creación de métodos preventivos.
Thanos Tzounopoulos, director del Centro de Investigación Auditiva de Pittsburgh, reconoce que aunque esta dolencia impacte significativamente a la sociedad, las estrategias actuales para proteger y restaurar la audición son escasas e insuficientes. Por eso, Thanos realizó un estudio en el que se ha investigado con ratones la correlación entre la pérdida auditiva y la presencia de zinc en el oído interno, un mineral crucial para la función celular y auditiva.

Thanos Tzounopoulos, director del Centro de Investigación Auditiva de Pittsburgh, reconoce la falta de estrategias efectivas para proteger y restaurar la audición, a pesar de su gran impacto social. Por ello, realizó un estudio en ratones sobre la relación entre la pérdida auditiva y la presencia de zinc en el oído interno, un mineral crucial para la función celular y auditiva. Según Tzounopoulos, el zinc es vital para la comunicación celular y neuronal, con un 90% unido a proteínas y un 10% restante, conocido como zinc lábil, importante para la señalización celular. La desregulación de este zinc puede causar muerte celular.

El equipo de Tzounopoulos investigó el papel de la señalización del zinc después de un trauma al exponer ratones despiertos a un ruido de 100 decibelios durante dos horas. Después de dos semanas, se confirmó el daño coclear y el desplazamiento del umbral auditivo en los ratones. Posteriormente, evaluaron los niveles y la distribución del zinc en la cóclea de estos ratones, comparándolos con otros expuestos al mismo nivel de ruido solo un día antes.

En ratones iniciales, el zinc libre se encontraba en las células externas, mientras que en los recién expuestos al trauma, estaba en la parte interna de la cóclea. Brandon Bizup, coautor del estudio, explica que la exposición a ruidos fuertes provoca una liberación masiva de zinc intracelular que interrumpe la comunicación celular y causa daño. Sin embargo, aún no se conocen los factores que impulsan este cambio. 
El equipo de la Universidad de Pittsburgh ha empezado a desarrollar un dispositivo para prevenir la pérdida auditiva, tras confirmar su mecanismo biológico. Los experimentos mostraron que los ratones tratados con un gel que captura el exceso de zinc en el canal auditivo eran menos propensos a sufrir pérdida auditiva y estaban protegidos del daño inducido por ruido.

El otorrino Eduardo Raboso, del Hospital La Princesa de Madrid, opina que el descubrimiento podría cambiar cómo se tratan ciertas dolencias, ya que el zinc, aunque marginal, es vital y su mal manejo puede causar daños permanentes. No obstante, es escéptico sobre la aplicación del experimento con ratones en terapias para humanos.

Fuente: El País


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