Los
leucocitos neutrófilos patrullan el cuerpo y actúan de centinelas frente
a las infecciones, identificando y destruyendo cualquier bacteria u
hongo que se tope con ellos. Según los libros de texto de biología, los
neutrófilos "comen" cosas de cualquier tipo que parezcan ajenas al
cuerpo, sin diferenciar entre unas y otras. Pero una nueva evidencia,
gracias a la que podrían desarrollarse mejores medicamentos para
combatir patógenos mortales, indica que realmente estas células blancas
de la sangre pueden distinguir entre sus objetivos de ataque.
Ifat Rubin-Bejerano, una científica del laboratorio biológico de Gerald Fink, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), ha descubierto que los neutrófilos reconocen y responden a una forma específica de azúcar llamada beta-1,6-glucano (ó 1,6-beta-glucano) en la superficie de hongos. Este azúcar constituye sólo una pequeña fracción de la pared celular fúngica, mucho menos que otro azúcar de estructura ligeramente distinta llamado beta-1,3-glucano (ó 1,3-beta-glucano). Dado que la variante escasa del azúcar despierta una reacción de los neutrófilos mucho más fuerte que la abundante, parece que estas células inmunológicas pueden distinguir entre dos sustancias químicas casi idénticas.
Poder usar este azúcar para excitar al sistema inmunológico ayudaría al cuerpo humano a combatir las infecciones.
Antes de realizar sus experimentos definitivos con hongos reales, Rubin-Bejerano ya tenía evidencia de que los neutrófilos responden al beta-glucano. Después de recubrir partículas diminutas con una variedad de substancias (incluyendo beta-1,3-glucano y beta-1,6-glucano), las expuso a los neutrófilos y se sorprendió al ver una llamativa diferencia en su respuesta a los dos azúcares. Los neutrófilos atacaron rápidamente a muchas de las partículas recubiertas con beta-1,6-glucano, pero sólo a unas pocas de las recubiertas con beta-1,3-glucano.
Nuestros cuerpos mantienen un fino equilibrio entre el sistema inmunológico y los microbios. Los antibióticos y antifúngicos inclinan la balanza en favor del sistema inmunitario atacando directamente a los microbios. Una sustancia como el beta-1,6-glucano podría ayudar a inclinar esta balanza más aún, al estimular a los glóbulos blancos.
El trabajo de Rubin-Bejerano ofrece una esperanza para combatir el problema de las infecciones microbianas que pueden amenazar seriamente la salud humana, sobre todo en pacientes con sistemas inmunológicos debilitados.
Otros de los colaboradores del estudio son del Instituto Whitehead y la Academia Goldman de Medicina Dental en Boston.
Ifat Rubin-Bejerano, una científica del laboratorio biológico de Gerald Fink, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), ha descubierto que los neutrófilos reconocen y responden a una forma específica de azúcar llamada beta-1,6-glucano (ó 1,6-beta-glucano) en la superficie de hongos. Este azúcar constituye sólo una pequeña fracción de la pared celular fúngica, mucho menos que otro azúcar de estructura ligeramente distinta llamado beta-1,3-glucano (ó 1,3-beta-glucano). Dado que la variante escasa del azúcar despierta una reacción de los neutrófilos mucho más fuerte que la abundante, parece que estas células inmunológicas pueden distinguir entre dos sustancias químicas casi idénticas.
Poder usar este azúcar para excitar al sistema inmunológico ayudaría al cuerpo humano a combatir las infecciones.
Antes de realizar sus experimentos definitivos con hongos reales, Rubin-Bejerano ya tenía evidencia de que los neutrófilos responden al beta-glucano. Después de recubrir partículas diminutas con una variedad de substancias (incluyendo beta-1,3-glucano y beta-1,6-glucano), las expuso a los neutrófilos y se sorprendió al ver una llamativa diferencia en su respuesta a los dos azúcares. Los neutrófilos atacaron rápidamente a muchas de las partículas recubiertas con beta-1,6-glucano, pero sólo a unas pocas de las recubiertas con beta-1,3-glucano.
Nuestros cuerpos mantienen un fino equilibrio entre el sistema inmunológico y los microbios. Los antibióticos y antifúngicos inclinan la balanza en favor del sistema inmunitario atacando directamente a los microbios. Una sustancia como el beta-1,6-glucano podría ayudar a inclinar esta balanza más aún, al estimular a los glóbulos blancos.
El trabajo de Rubin-Bejerano ofrece una esperanza para combatir el problema de las infecciones microbianas que pueden amenazar seriamente la salud humana, sobre todo en pacientes con sistemas inmunológicos debilitados.
Otros de los colaboradores del estudio son del Instituto Whitehead y la Academia Goldman de Medicina Dental en Boston.
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