Convertir secuencias de proteínas en música



Unos biólogos moleculares de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han convertido secuencias de proteínas en composiciones originales de música clásica.

Los bloques que forman las proteínas son secuencias lineales de 20 aminoácidos distintos. La asignación de una nota para cada aminoácido, traería como resultado una escala de 20 notas.

No son los primeros científicos que intentan convertir secuencias de proteínas en música, pero según ellos, su música es más melódica y menos agitad que la obtenida en intentos anteriores.

En la web de los biólogos, se pueden escuchar las composiciones e, incluso, presentar nuestras propias secuencias genéticas y obtenerlas traducidas a música

El navegador permite a cualquiera enviar el código secuenciado para una proteína, que será convertida en música y devuelta como un fichero de audio MIDI





Convirtieron la secuencia de proteínas en música y pudieron obtener una señal auditiva para cada proteína.

Cada proteína tendrá siempre su estructura sonora exclusiva porque cada proteína tiene una secuencia exclusiva. Por eso, es posible escuchar la secuencia de cada proteína.

Asignaron un acorde a cada aminoácido, dice Rie Takahashi, investigadora de la UCLA que además el pianista de música clásica y que cuenta en su haber con un galardón por tal actividad artística.

Lo que ella y sus colegas pretenden es comprobar si resulta viable escuchar la secuencia de un aminoácido o proteína y captar pautas en la música, un enfoque radicalmente diferente al de mirar las letras de la secuencia.

Una escala de 20 notas es demasiado amplia, explica Takahashi.

Se necesita una escala reducida, de modo que emparejamos los aminoácidos similares y usamos acordes y las variaciones de los mismos para cada aminoácido.

Utilizaron cada componente musical para indicar una característica específica de la proteína. Han logrado una conversión fiel de la secuencia a la música.
El ritmo es dictado por la secuencia de la proteína.

Inicialmente, Takahashi convirtió los aminoácidos y tocó el resultado al piano.

En estos momentos, experimentan con un programa informático escrito por su colega Frank Pettit, que utiliza sus reglas para convertir las secuencias de las proteínas en música

De este modo, esperan acelerar la traducción de grandes segmentos de genomas.

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