Un equipo de neurocientíficos ha demostrado que el cerebro
es más flexible y adiestrable de lo que se pensaba, lo cual abre una puerta al
desarrollo de dispositivos protésicos controlados mediante el pensamiento que
ayuden a personas que tienen lesiones de médula espinal, amputaciones y otras
discapacidades.
Este nuevo estudio demuestra que gracias a la enorme
plasticidad del cerebro, ciertas partes de éste pueden ser entrenadas para
hacer algo que normalmente no hacen. Los mismos circuitos cerebrales empleados
en el aprendizaje de habilidades motoras como por ejemplo montar en bicicleta o
conducir un automóvil, pueden ser usados para aprender a ejecutar tareas
puramente mentales.
El experimento fue
llevado a cabo con ratas. A las ratas se
les dotó de una interfaz cerebro-máquina que convertía las ondas cerebrales de
ciertas neuronas en sonidos audibles. Para obtener una recompensa de alimento
que, dependiendo del sonido generado, podía ser agua azucarada o bolitas de
comida, las ratas tenían que controlar sus patrones de pensamiento de un
circuito cerebral específico para poder subir o bajar el tono de la señal
acústica.
Fuente Noticas de la ciencia
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