La
organización biológica de los animales es muy distinta a la de los vegetales en
muchos aspectos. Los animales destacan por su mayor complejidad y por ser más
avanzados que las plantas en ese sentido.
Sin
embargo, pese a las muchas ventajas de los animales sobre los vegetales, estos
poseen algunas capacidades fuera del alcance de los animales.
Una
de las más notables es la capacidad de realizar la fotosíntesis, gracias a la
cual pueden sintetizar materia orgánica a partir de la luz y la materia
inorgánica.
Otra,
en la que ahora han profundizado los autores de un nuevo estudio, es la mayor
longevidad que suele tener la vida vegetal con respecto a la animal.
Muchos
vegetales son capaces de vivir durante siglos, y algunos árboles han alcanzado
varios milenios. En cambio, resulta bastante excepcional que un animal supere
el siglo. Solo unas pocas especies animales pueden rebasar la barrera de los
cien años.
Los
resultados obtenidos en una investigación realizada por científicos del
Instituto VIB y la Universidad de Gante, ambas entidades en Bélgica, sugieren
que ciertas células madre en las raíces de los vegetales son muy resistentes a
los daños en el ADN. Esas células almacenan una copia original e intacta del
ADN, la cual puede ser empleada para reemplazar células dañadas si es
necesario. Los animales cuentan con un mecanismo similar, pero todo apunta a
que los vegetales utilizan este mecanismo de una forma optimizada. Esa
diferencia, según el equipo de Lieven De Veylder, sería la principal causa de
la gran diferencia de longevidad entre vegetales y animales.
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