Seguro que más de uno os preguntaréis el por qué de enamorarnos de una persona y no de otra.
Pues bien, el sentimiento del amor no lo provoca el corazón como muchos poetas nos dicen, el amor es provocado por el cerebro.
El que nos enamoremos de un determinada persona se corresponde con nuestra memoria infantil, por muy sorprendente que parezca.
Antes de enamorarnos, tenemos un ´´mapa mental`` en nuestra mente de cómo debe ser esa persona y este proceso tiene su origen tanto físico como psicológico construidos desde la infancia.
Cuando nos enamoramos, nuestro organismo tanto al ver a esa persona, como al pensar en ella, transforman la tranquilidad en nerviosismo y la prudencia en torpeza y en nuestro interior hay una ´´revolución`` que hace que lo racional se convierta en algo irracional.
Pues bien, el sentimiento del amor no lo provoca el corazón como muchos poetas nos dicen, el amor es provocado por el cerebro.
El que nos enamoremos de un determinada persona se corresponde con nuestra memoria infantil, por muy sorprendente que parezca.
Antes de enamorarnos, tenemos un ´´mapa mental`` en nuestra mente de cómo debe ser esa persona y este proceso tiene su origen tanto físico como psicológico construidos desde la infancia.
Cuando nos enamoramos, nuestro organismo tanto al ver a esa persona, como al pensar en ella, transforman la tranquilidad en nerviosismo y la prudencia en torpeza y en nuestro interior hay una ´´revolución`` que hace que lo racional se convierta en algo irracional.
Los psicólogos afirman que el amor, por lo menos en su primera etapa, se abastece fundamentalmente de química. Una sustancia en nuestro cerebro denominada feniletilamina obliga a la secreción de la dopamina, que nos produce un estado de euforia.
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