PROGRESOS MEDICOS

La Organización Mundial de la Salud ha advertido que la resistencia de las bacterias a los antibióticos se está extendiendo de forma global, con consecuencias potencialmente muy graves. Y que incluso infecciones comunes que habían sido tratables durante décadas podrían pronto volver a matar personas.

Unos científicos han logrado dar un paso clave en la lucha para refrenar esa preocupante y creciente resistencia bacteriana a los antibióticos. El hallazgo de lo que se podría describir como un “Talón de Aquiles” en la barrera defensiva que rodea a las células bacterianas resistentes a fármacos abre la puerta a una nueva oleada de medicamentos que provoque la muerte de los supermicrobios mediante un sabotaje de sus muros defensivos, en vez de atacando a la bacteria de manera más directa. Eso significa que en el futuro, las bacterias atacadas mediante sabotajes de este tipo ya no podrán desarrollar resistencia a los fármacos.

El equipo internacional de Changjiang Dong y Haohao Dong, de la Universidad de East Anglia (Anglia Oriental) en el Reino Unido, investigó una clase de microbios conocidos como bacterias Gram-negativas, que son particularmente resistentes a antibióticos debido a su membrana celular exterior impermeable, basada en lípidos.

Esta membrana exterior de la bacteria actúa como barrera defensiva contra los ataques del sistema inmunitario humano y los de antibióticos. Permite a las bacterias patógenas sobrevivir. Por eso, inutilizar esta barrera hace que las bacterias se vuelvan vulnerables y mueran ante ataques frente a los que antes eran invulnerables.

Hasta ahora, se ha sabido poco sobre cómo exactamente está construida esta barrera defensiva. La nueva investigación ha revelado cómo las células bacterianas transportan los “ladrillos” o bloques de construcción de la barrera (llamados lipopolisacáridos) hasta la superficie exterior. Los autores del estudio han identificado la vía y hasta la “puerta” usadas por las bacterias para transportar dichos ladrillos hacia la superficie exterior. Un fármaco capaz de sabotear este mecanismo dejaría a las bacterias vulnerables frente a cualquiera de los antibióticos contra las cuales han desarrollado resistencia. Los experimentos de la nueva investigación han demostrado, por ejemplo, que las bacterias morirían si la puerta estuviera cerrada de manera permanente.

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