El profesor alemán Ulf-G Meissner,
catedrático de Física Teórica en el Instituto Helmholtz de la
Universidad de Bonn, aporta en un artículo recién publicado en Science
Bulletin una serie de hallazgos que apoyan el Principio Antrópico, es decir, la idea de que el Universo es como es porque en él hay seres capaces de preguntarse por qué es así.
Durante el último medio siglo, los físicos teóricos han ido
descubriendo que muchas de las constantes y reglas fundamentales de la
Física parecen estar finamente "sintonizadas" para permitir que la vida
surja en el Universo. Por ejemplo, las constantes que contiene el Modelo Estandar de la Física de Partículas
permitieron, por un margen muy estrecho, que se formaran núcleos de
hidrógeno tras el Big Bang, y después átomos de carbono y oxígeno que,
juntos, se fusionaron en los núcleos de la primera generación de
estrellas masivas que, a su vez, estallaron como supernovas; explosiones
que prepararon finalmente la escena para que surgieran sistemas solares
y planetas capaces de sustentar vida basada en el carbono y altamente
dependiente del agua y el oxígeno.
La cuestión es que todos estos hallazgos parecen apoyar el
famoso Principio Antrópico formulado en 1973 por el físico Brandom
Carter y según el cual el mero hecho de que nosotros estemos aquí supone que el Universo, necesariamente, tiene que ser como es, porque si fuera diferente en algo no existiríamos.
En su célebre "Historia del Tiempo", el físico británico Stephen Hawking
también se refiere al Principio Antrópico: "vemos el Universo tal y
como es porque nosotros existimos". Es decir, que si el Universo no
fuese como es, o no hubiese evolucionado exactamente de la forma en que
lo hizo, ninguno de nosotros existiría, por lo que preguntarse el por
qué de nuestra existencia es algo que, para Hawking, no tiene sentido
alguno.
Hawking, esbozaba en su "Breve Historia del
Tiempo" una serie de fenómenos astrofísicos que parecen apoyar el
Principio Antrópico y se preguntaba: "¿Por qué tuvo que empezar el
Universo con una tasa de expansión tan cercana al punto crírico que
separa los modelos en que ese Universo colapsa de los que le permiten
expandirse para siempre y que aún hoy, más de 10.000 millones de años
más tarde, aún sigue expandiéndose casi a esa velocidad crítica?".
Para Hawking, "si la tasa de expansión un segundo tras el
Big Bang hubiera sido menor, incluso en una parte en cien mil millones
de millones, el Universo se habría vuelto a colapsar mucho antes de
haber alcanzado su tamaño actual".
Origen del universo Big-Bang |
En palabras de Meissner, "El Universo en que vivimos se
caracteriza por ciertos parámetros que tienen unos valores específicos
que parecen estar perfectamente sintonizados para que la vida, y la
Tierra, sean posibles. Por ejemplo, la edad del Universo tiene que ser
lo suficientemente larga como para permitir la formación de galaxias,
estrellas y planetas, y también estrellas de segunda y tercera
generación (como el Sol) que incorporen el carbono y el oxígeno liberado
al espacio por las primeras estrellas que estallaron".
"Por supuesto -añade el investigador- podemos pensar en la existencia de
múltiples universos, un multiverso en el que los distintos parámetros
fundamentales toman valores diferentes y llevan a la creación de
universos muy distintos unos de otros".
También Stephen Hawking
dijo en una ocasión que incluso las más ligeras alteraciones de las
constantes de la física fundamental en este hipotético multiverso
"llevaría a universos que, aunque podrían ser muy hermosos, no
contendrían a nadie capaz de maravillarse ante tanta belleza".
Una declaración, por cierto, con la que Meissner está muy
de acuerdo: "En ese sentido, nuestro Universo goza de un estatus
preferente, y esa es la base del Principio Antrópico".
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