Los dos exoplanetas candidatos son: Kepler-438b y Kepler-442b, que se encuentran a 470 y 1.100 años luz de distancia, respectivamente y cuya presión atmosférica podría soportar agua líquida en su superficie. Ambos orbitan alrededor de estrellas enanas rojas que son más pequeñas y también más frías que nuestro Sol. Así, Kepler.438b orbita su estrella cada 35 días y Kepler-442b cada 112 días.
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“La mayoría de estos planetas tienen bastantes posibilidades de ser rocosos como la Tierra”, explica Guillermo Torres, líder del estudio. Y es que, según los cálculos de los científicos, el primero de ellos tiene un 70% de probabilidad de ser rocoso mientras que el segundo, Kepler 442-b, tiene una un 60% de posibilidades de tener rocas.
“En nuestros cálculos optamos por adoptar los límites más amplios posibles que podrían llevar plausiblemente a condiciones adecuadas para la vida. No sabemos con certeza si algunos de los planetas de la muestra son habitables, pero son candidatos prometedores”, explica Torres.
Los cálculos han sido llevados a cabo gracias al programa informático BLENDER que se ejecuta desde el superordenador Pléyades de la NASA.
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