El primero que mencionó al mesenterio fue Leonardo Da Vinci en uno de sus primeros escritos sobre la anatomía a comienzos del siglo XVI . Pero fue ignorado por los médicos durante 500 años y ahora es cuando se ha considerado un órgano propiamente dicho. Investigaciones recientes han confirmado que es un órgano único y continuo dentro de nuestro sistema digestivo y hace de conexión con los intestinos y el abdomen.
"La descripción anatómica que se estableció hace unos 100 años era incorrecta. Este órgano está lejos de ser fragmentario; es una estructura simple, continua y única", señaló J. Calvin Coffey, investigador de University Hospital Limerick, en Irlanda, líder del equipo que realizó el descubrimiento.
El flamante órgano es un doble pliegue del peritoneo -como se llama al recubrimiento de la cavidad abdominal- que une el intestino con la pared del abdomen y permite que se mantenga en su lugar. En 2012, Coffey y sus colegas mostraron los resultados de sus estudios con microscopio en los que se sugería que el mesenterio tiene una estructura continua, necesaria para que un órgano sea considerado tal.
Desde entonces, se han dedicado a recoger evidencia para sostener que su reclasificación era justificada.
El artículo final que han publicado ahora es la validación de esos hallazgos.
Y aunque el funcionamiento del aparato digestivo no cambia, la confirmación de que esta porción de tejido es efectivamente un órgano "nuevo" abre la puerta de una nueva disciplina de estudio.
Sin embargo, ahora que han detallado su estructura y características anatómicas, es hora de focalizarse en la funcionalidad: los científicos aún no saben demasiado sobre las funciones específicas del mesenterio, más allá de proporcionar sostén y llevar irrigación a las vísceras.
"(Es) el próximo paso... Si entendemos su función podemos identificar las anomalías, y establecer que entonces tienes una enfermedad (cuando el funcionamiento es anormal)", apunta Coffey, en el comunicado de prensa de la Universidad de Limerick que acompañó a la publicación en The Lancet.
"La descripción anatómica que se estableció hace unos 100 años era incorrecta. Este órgano está lejos de ser fragmentario; es una estructura simple, continua y única", señaló J. Calvin Coffey, investigador de University Hospital Limerick, en Irlanda, líder del equipo que realizó el descubrimiento.
El flamante órgano es un doble pliegue del peritoneo -como se llama al recubrimiento de la cavidad abdominal- que une el intestino con la pared del abdomen y permite que se mantenga en su lugar. En 2012, Coffey y sus colegas mostraron los resultados de sus estudios con microscopio en los que se sugería que el mesenterio tiene una estructura continua, necesaria para que un órgano sea considerado tal.
Desde entonces, se han dedicado a recoger evidencia para sostener que su reclasificación era justificada.
El artículo final que han publicado ahora es la validación de esos hallazgos.
Y aunque el funcionamiento del aparato digestivo no cambia, la confirmación de que esta porción de tejido es efectivamente un órgano "nuevo" abre la puerta de una nueva disciplina de estudio.
Sin embargo, ahora que han detallado su estructura y características anatómicas, es hora de focalizarse en la funcionalidad: los científicos aún no saben demasiado sobre las funciones específicas del mesenterio, más allá de proporcionar sostén y llevar irrigación a las vísceras.
"(Es) el próximo paso... Si entendemos su función podemos identificar las anomalías, y establecer que entonces tienes una enfermedad (cuando el funcionamiento es anormal)", apunta Coffey, en el comunicado de prensa de la Universidad de Limerick que acompañó a la publicación en The Lancet.
Fuente: BBC
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