El comedor es un importante factor escolar, porque aparte de que allí te relacionas con tus compañeros y te formas, es el mejor lugar para reducir la obesidad infantil y juvenil. Concha González, profesora de Primaria y consejera delegada del centro Gredos San Diego de Madrid, tiene entre manos un Plan de Excelencia para la Alimentación y Nutrición. En las tutorías de este colegio se hablan de cuestiones como estas y la educación alimentaria forma parte de este proyecto.
La obesidad afecta a un 18'2% de un 41'4% que representa el exceso de peso en los españoles de entre 6 y 9 años. Este es uno de los porcentajes más altos del mundo.
La rutina de los cocineros comienza a las 11:30, que es a la hora a la que sirven purés a los más pequeños, para luego seguir con la comida de los mayores.
Los objetivos de este y muchos más comedores españoles se recopilan en el documento de consenso sobre la Alimentación en los Centros Educativos que establecen los ministros de Educación y Sanidad. El Gobierno participa en esta iniciativa de la reducción de obesidad infantil y el plan de dicho colegio es coordinado desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria.
El cocinero de Gredos San Diego y sus 19 compañeros siguen a rajatabla las indicaciones del departamento de nutrición del centro escolar, que elabora y revisa los menús a diario. De vez en cuando aportan ideas y mejoran los menús.
Se recomienda que de primero se ingieran hortalizas, verduras, tubérculos o legumbres y al menos que se tomen una vez a la semana, procurando fomentar la variedad. De segundo, carnes de bajo consumo en grasa, al menos 3 veces por semana. También pueden ser pescados, alternando los de grasa azul con los blancos. Estas sugerencias son agradecidas y acepadas por el Plan de Excelencia.
Para los niños, lo normal es que los profesores coman con ellos para que vigilen que se comen la porción de verdura indicada y si tras eso quieren repetir, solo deben pedirlo. En cambio, si desean seguir una dieta vegetariana, tendrán que presentar la autorización de sus padres.
Los comedores sufren un grave problema, se trata de que hay alumnos que son alérgicos a diversas comidas y los cocineros intentan adaptar los menús sin poner demasiados fritos para evitar la obesidad y seleccionando los alimentos con menor riesgo de alergia para que no haya problemas.Tratan de buscar diversas soluciones para que todos los niños coman a gusto y sin preocuparse.En conclusión, todos los comedores están con las manos en la masa en el proyecto de mejorar la situación de la obesidad infantil.
Fuentes: ABC
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