CASI 7,5 MILLONES DE ADULTOS PASAN HAMBRE EN LA UE










En la Unión Europea casi 7,5 millones de adultos (17 de cada 100) tienen una "inseguridad alimentaria grave", ya que muchas veces reducen la cantidad ingerida, se saltan comidas o pasan hambre. Según Ariella Glinni, la autora principal de este documento, no se ha detectado retrocesos en la lucha contra la malnutrición en esta zona, a diferencia de la tendencia global.


Este lunes, la FAO informó que en Europa y Asia Central destacan los problemas alimenticios (obesidad y dietas pobres en micronutrientes). Según los expertos: "la pobreza sigue siendo el obstáculo más importante para la seguridad alimentaria".

A la cabeza de estos problemas está Tayikistán, con un 30% de su población que pasa hambre, concretamente 1,6 millones de personas, aunque en esta zona también se sufren problemas de obesidad, por lo que estos datos pueden resultar chocantes.


En las llamadas "estadísticas del hambre" que esta organización publica cada año, casi todos los países europeos pasan desapercibidos, ya que la tasa de personas que no ingieren la cantidad recomendada de alimentos está por debajo del 2,5% y no aporta el número concreto de hambrientos. Por ello y para conocer con mayor detalle y abordar los problemas de la población afectada, la FAO está impulsando un nuevo método de cálculo. A los datos de los países sobre la disponibilidad de alimentos se añade un sistema de encuestas para conocer la experiencia directa de estas personas subalimentadas.

Por el contrario, otros problemas que afronta la región son el sobrepeso y la obesidad, después de que en el 2014 hubiera la cantidad de 171,8 millones de adultos obesos en toda Europa y Asia Central (1 de cada 4), cifra aumentada un 30% desde el 2000.
Por países, la tasa más alta de obesidad se da en Malta, con un 29,6% de la población adulta, seguida de Turquía y Reino Unido.

La FAO considera que el aumento de las tasas de obesidad se debe a los ingresos per cápita, que permiten la ingesta de productos más calóricos combinados con estilos de vida sedentarios.

También los bajos ingresos influyen cuando se asocian con el consumo de alimentos baratos con grandes cantidades de grasas y azúcares, en medio de concienciación social sobre la necesidad de llevar una dieta sana y equilibrada.

Este informe recuerda, que la mal nutrición en una o más de sus tres formas principales (desnutrición, excesos de nutrientes y carencia de micronutrientes), está en distintos grados en todos los países de la región, de modo que, conviven altas tasas de desnutrición infantil y de obesidad en niños, hombres y mujeres.

Fuentes: El País y 20 minutos







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