Muchos científicos han estado especulando sobre poder del alcohol para desinfectar en el interior de nuestro organismo, pero ¿a qué precio?
El alcohol produce muchos daños en nuestro organismo, más que beneficios.
En 1988 se realizó un estudio que evaluaba los efectos de varios tipos de bebidas (carbonatadas, cerveza,vino, agua y leche desnatada) en algunos tipos de bacterias intestinales infecciosas (salmonella o shigella). El vino fue el que salió más victorioso ya que consiguió dificultarles más su desarrollo, aunque la cerveza y las bebidas carbonatadas también obtuvieron buenos resultados.
Al cabo de unos años se realizó otro estudio para saber el componente del vino que actuaba como antibacteriano. Comprobaron los efectos en dos muestras de salmonella, una con vino y la otra con un líquido que contenía la misma concentración en alcohol y en pH (ácido). Aun así el vino obtuvo mejores resultado que la solución, así que el alcohol y el pH solo son parte de su eficacia.
Otro estudio se centró en la capacidad que tiene el alcohol sobre un grupo de microorganismos de la la boca. Este estudio demostró que el alcohol con una concentración de 40% puede matar en quince minutos a todos los microorganismos de la boca.
Pero aparte de estos resultados, el alcohol también produce daños en nuestro organismo. Una investigación realizó un estudio que consistía en ver los daños producidos por el alcohol en el estómago. Este estudio realizó a 47 voluntarios una gastroscopia en la que se les roció con alcohol de diferentes concentraciones (4%, 10% y 40%) en la parte inferior del estómago. Esto provocó daños en el estómago que tardaron en curarse más de 24 horas. En cambio no se observaron cambios en el intestino delgado.
En conclusión el alcohol produce más daños que beneficios en nuestro organismo a pesar de ser un buen desinfectante y de protegernos contra bacterias intestinales infecciosas.
Fuente: El País
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