EL HOMBRE QUE AYUDÓ A RESPIRAR A TRES MILLONES DE NIÑOS


Un investigador sueco, Tore Curstedt descubrió una medicina que salvó a los niños prematuros que tenían Síndrome de Dificultad Respiratoria.

La primera vez que probaron el medicamento que, hasta ese momento solo lo habían utilizado en conejos, fue en el año 1983, cuando les avisaron del hospital que había una niña que estaba ya azul (porque se estaba ahogando) y que en un par de horas se moriría. A los cinco minutos de darle la medicina, pasó del color azul al rosa.


La medicina que habían inventado consistía en conseguir que los alvéolos se mantuvieran abiertos y no se colapsaran, ya que si no están abiertos, los pulmones no pueden llenarse de aire y no pueden hacer llegar el oxígeno al riego sanguíneo. En esto consiste la enfermedad del Síndrome de Dificultad Respiratoria que, en los años 60, provocaba la muerte de 9 de cada niños prematuros (y que tienen los pulmones muy poco desarrollados).


En el año 2015, el número de fallecidos por esta causa es de un 5% en los países desarrollados.


A partir del primer éxito en el año 83, otros países empezaron a pedir este medicamento a sus inventores pero éstos tenían la dificultad de que no podían producir muchas cantidades porque tenían un laboratorio pequeño. Además, en el compuesto se utilizaba los pulmones de los cerdos (surfactante) y de cada pulmón obtenían medicamento para tratar a dos bebés prematuros. Por eso, necesitaban una empresa que los ayudara.


Es cuando el investigador Curstedt decide hacer el compuesto de forma sintética para que fuera más barato y más rápido y mayor su producción.

En 1992 comienza a aplicarse el medicamento en el Reino Unido, Alemania... y después EEUU y Europa. Tuvieron que pasar más de 10 años hasta que el fármaco se aplicó a nivel mundial y, por supuesto, contar con una empresa que invirtiera en dicho producto.

La investigación del fármaco (surfactante) sigue en la actualidad para conseguir perfeccionarlo. Su descubridor ya se retiró hace tres años (tiene 70 años). Recuerda con mucho afecto cuando en uno de los últimos Congresos a los que fue, un chico de 20 años le agradeció que le salvara la vida cuando era un bebé.

Fuente: El País

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