Esta técnica se ha creado para mantener la fertilidad de las mujeres o niñas que van a empezar un tratamiento de radioterapia o quimioterapia, ya que según sus autores estos tratamientos podrían dañar sus óvulos.
Algunos científicos de Edimburgo y Nueva York han conseguido por primera vez crear fuera del cuerpo óvulos humanos inmaduros hasta su última fase de desarrollo, que es el momento en el que están listos para la fecundación con un espermatozoide.
Para desarrollar un tratamiento como este, los científicos primero tendrán que demostrar que los óvulos maduros son fiables y que al fecundarse producirán embriones sanos. Esto ya se ha logrado en ratones, pero tendrá que pasar algo más de tiempo para que se demuestre su seguridad en los humanos.
En el estudio publicado en la revista científica Molecular Human Reproduction, durante la operación a 10 mujeres diferentes, los cirujanos cogieron biopsias de sus ovarios para su posterior extracción de folículos ováricos.
Según Richard Anderson, el cultivo es complicado porque las estructuras cambian mucho de tamaño. "Los folículos primordiales sólo miden unas micras de diámetro, mientras que el folículo maduro puede llegar a medir 2 centímetros de lado a lado", explica el biólogo.
Los investigadores realizaron el proceso en varias fases. Primero, desarrollaron folículos completos, y cuando estos se volvieron demasiado grandes para las técnicas de cultivo, extrajeron los óvulos y descartaron el tejido accesorio. Mientras que en un ovario sano la maduración del óvulo suele durar tres meses, en el laboratorio sólo tardó tres semanas. Esto, según Anderson, no significa que en cultivo haya ocurrido algo malo, si no que puede desarrollarse más rápido.
Esta intervención conlleva el riesgo de reintroducir células cancerosas al organismo. Con la nueva técnica, los óvulos inmaduros que se extraen del tejido ovárico se pueden desarrollar y almacenar en el laboratorio para su posterior fecundación y cada óvulo aislado estaría libre de células contaminantes.
Aunque han demostrado que desarrollar óvulos en el laboratorio es posible, los autores reconocen que el proceso no es exactamente eficiente y que además, las células que se obtuvieron no son idénticas a las que produce el cuerpo (todos los óvulos de laboratorio muestras cuerpos polares más grandes de lo normal).
A pesar de todo esto, se ha clarificado el proceso de desarrollo del óvulo humano y esto podría facilitar la investigación de otros tratamientos de infertilidad y de nuevas técnicas en medicina regenerativa.
Fuente: EL PAÍS
Algunos científicos de Edimburgo y Nueva York han conseguido por primera vez crear fuera del cuerpo óvulos humanos inmaduros hasta su última fase de desarrollo, que es el momento en el que están listos para la fecundación con un espermatozoide.
Para desarrollar un tratamiento como este, los científicos primero tendrán que demostrar que los óvulos maduros son fiables y que al fecundarse producirán embriones sanos. Esto ya se ha logrado en ratones, pero tendrá que pasar algo más de tiempo para que se demuestre su seguridad en los humanos.
En el estudio publicado en la revista científica Molecular Human Reproduction, durante la operación a 10 mujeres diferentes, los cirujanos cogieron biopsias de sus ovarios para su posterior extracción de folículos ováricos.
Según Richard Anderson, el cultivo es complicado porque las estructuras cambian mucho de tamaño. "Los folículos primordiales sólo miden unas micras de diámetro, mientras que el folículo maduro puede llegar a medir 2 centímetros de lado a lado", explica el biólogo.
Los investigadores realizaron el proceso en varias fases. Primero, desarrollaron folículos completos, y cuando estos se volvieron demasiado grandes para las técnicas de cultivo, extrajeron los óvulos y descartaron el tejido accesorio. Mientras que en un ovario sano la maduración del óvulo suele durar tres meses, en el laboratorio sólo tardó tres semanas. Esto, según Anderson, no significa que en cultivo haya ocurrido algo malo, si no que puede desarrollarse más rápido.
Esta intervención conlleva el riesgo de reintroducir células cancerosas al organismo. Con la nueva técnica, los óvulos inmaduros que se extraen del tejido ovárico se pueden desarrollar y almacenar en el laboratorio para su posterior fecundación y cada óvulo aislado estaría libre de células contaminantes.
Aunque han demostrado que desarrollar óvulos en el laboratorio es posible, los autores reconocen que el proceso no es exactamente eficiente y que además, las células que se obtuvieron no son idénticas a las que produce el cuerpo (todos los óvulos de laboratorio muestras cuerpos polares más grandes de lo normal).
A pesar de todo esto, se ha clarificado el proceso de desarrollo del óvulo humano y esto podría facilitar la investigación de otros tratamientos de infertilidad y de nuevas técnicas en medicina regenerativa.
Fuente: EL PAÍS
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