COLESTEROL, EL ARMA SECRETA DEL CEREBRO PARA PROTEGER LA MEMORIA.

Una de cada 3 personas sufrirá demencia a lo largo de su vida. La pérdida gradual de memoria es uno de los resultados más frecuentes del envejecimiento y se produce por una serie de alteraciones en el encéfalo que se almacenan con el paso del tiempo. Una de estas alteraciones es la muerte de neuronas producida por el alzhéimer.

Una nueva investigación acaba de descubrir otra posible causa de la pérdida de memoria y señala a un aliado para recuperarla: el colesterol.

En la sangre el exceso de colesterol malo (LDL) aumenta el riesgo de infartos y

otras enfermedades cardiovasculares mortales. Pero el cerebro produce su propio colesterol y, dentro de este órgano, resulta fundamental para mantener  las neuronas vivas y sanas.

Cuando se forma un recuerdo, las neuronas encienden determinados genes, para conseguir esto deben tener suficiente colesterol en la parte exterior de la membrana, el colesterol actúa como un transmisor de las señales externas necesarias para activar los genes.

Esta molécula en el encéfalo tiende a perderse con la edad, y tanto personas mayores sanas como otras que sufren azhéimer suelen presentar niveles de colesterol cerebral más bajos de lo normal.

En el nuevo estudio, el equipo de Carlos Dotti, investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, en Madrid, ha demostrado el papel fundamental de esta molécula para mantener la memoria en buen estado. Los ratones viejos tienen niveles de colesterol demasiado bajos en el hipocampo, un área de cerebro relacionada con la memoria de los roedores ancianos mejora significativamente. Esto podría abrir una nueva vía para mejorar la memoria de personas mayores.

También el equipo científico ha descubierto que el fármaco también inhibe una enzima responsable de eliminar el colesterol dentro del cerebro y cuya actividad se acelera con la edad.

En los animales estudiados, el fármaco contrarresta ese efecto negativo de la edad y permite conservar todo el colesterol necesario y con él, la memoria. El siguiente paso señala Dotti, sería probarlo con animales más parecidos al ser humano. 

Fuente: El País

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