Lo primero que hay que saber es que la tiroides, una glándula con forma de mariposa, está ubicada justo debajo de la ‘nuez de Adán’, en la parte inferior del cuello. Es como “un panel de control” que interviene en todos los procesos del organismo, explica el ginecólogo Armando Chávez.
Regula el metabolismo, controla el desarrollo y el crecimiento de los tejidos, dosifica el gasto energético, interviene en el funcionamiento del corazón, los músculos, la piel… y el sistema endocrino sexual. Las hormonas que produce: levotiroxina y triyodotironina (T3 y T4) llegan al torrente sanguíneo y tienen una acción muy amplia sobre la mayoría de los tejidos.
Las más afectadas con su mal funcionamiento son las mujeres. Según Chávez, de cada 10 pacientes suyas 8 o 9 son mujeres diagnosticadas con hipotiroidismo. Algunas pueden presentar ciertas manifestaciones inespecíficas, como piel seca, estreñimiento, caída de cabello, dificultad para bajar de peso, cansancio, depresión, dolor muscular… y en una mujer en edad reproductiva podrían manifestarse por la dificultad para embarazarse.
La disponibilidad de las hormonas depende del aporte de yodo, presente mayoritariamente en la sal común y, en menor proporción, en pescados y mariscos.
Un mal funcionamiento de la glándula tiroidea puede generar bocio (agrandamiento de la tiroides); hipertiroidismo (cuando la glándula produce más hormona de lo que el cuerpo necesita); hipotiroidismo (cuando no produce suficiente hormona); nódulos o bultos; tiroiditis (hinchazón de la tiroides); y cáncer, señala el endocrinólogo Óscar Vaca Cevallos.
De acuerdo con el ginecólogo Chávez, el hipotiroidismo, una enfermedad frecuente ocasionada por la disminución o la falta de disponibilidad de la hormona tiroidea, puede ocasionar alteraciones en el patrón de sangrado (menstruaciones), retrasos, abundancia de fluido, ausencias temporales del mismo y al fallo en la ovulación.
Estas son mujeres que tienen menstruaciones irregulares y que van a tener dificultad para embarazarse, sostiene. Pero lo más importante en la medicina es el diagnóstico adecuado para dar el tratamiento respectivo con tiroxina, que ayuda a regularizar la función tiroidea. “Si no hay otras causas para infertilidad la mujer podrá cumplir con su rol reproductivo”.
Fuente: La Hora
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