EL PARKINSON PODRÌA COMENZAR EN LAS CÉLULAS INTESTINALES ENDOCRINAS



Investigaciones recientes sobre el Parkinson se han centrado en la conexión intestino-cerebro y observando las bacterias de la fosa intestinal y cortando el nervio vago que conecta el estomago y el cerebro nos podría proteger de esta enfermedad.

Investigadores de la universidad de Duke,en Durham Carolina del Norte han descubierto una especie de mecanismo muy potente en los ratones y células endocrinas humanas que viven o gobiernan el intestino delgado.

En el interior de todas las células hay un liquido especial llamado alfa-sinucleína y se sabe que conduce aglomeraciones dañinas al cerebro pero solo a las personas que sufren de Parkinson.

Según los hallazgos y descubrimientos publicados en las revistas online JC Insight los investigadores creen que hay un agente en el intestino que podría interferir con la alfa -sinucleina de las células intestinales endocrinas deformando la proteína.

Existe una evidencia de la alfa-sinucleina que dice que se encuentra mal en los nervios del intestino antes de que aparezca en el cerebro y algunos científicos como Rodger Liddel apoya la hipótesis de que el Parkinson surge en el intestino.


La alfa-sinucleína es el componente principal de los depósitos de proteínas toxicas que se instalan en las células cerebrales,matándolas desde el interior.

Pero una de las mayores cuestiones es,¿como una proteína es capaz de viajar en el intestino donde no hay células nerviosas y llegar a introducirse en el sistema nervioso?

Las hormonas intestinales endocrinas están conectadas físicamente con los nervios dejando un camino asta el cerebro.

Liddle y sus científicos planean examinar las células intestinales endocrinas que se comportan como células nerviosas , pero no son nervios y son capaces de comunicarse con todo el sistema nervioso y con el cerebro.

Liddle también quiere examinar las células intestinales endocrinas de las personas que sufren Parkinson para ver si tienen la alfa-sinucleína mal doblada o anormal , además las pistas sobre esta proteína podría ayudarles a desarrollar un biomarcador que podría diagnosticar el Parkinson.

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