En el cerebro, existen tres tipos de conexiones neuronales. Una de ellas relaciona diversas partes de la corteza cerebral. Forman algo parecido a una red llena de carreteras que conectan espacios pequeños. Además, coordinan y sincronizan la actividad de muchos grupos neuronales. Esta red se apaga cuando dormimos.
También existe otra red, que se parece a una red de autopistas que conectan zonas concretas del cerebro. La conexión es rápida y de doble sentido.
La tercera red existe gracias a la difusión de unas moléculas, los neurotransmisores, que van desde unos núcleos especiales hasta diversas zonas del cerebro. Estas, modifica o modulan la intensidad de las conexiones neuronales. Se asemeja a las ondas de radio.
Pero algunos neurocientíficos descubrieron la existencia de otra red, que se extiende a través de distintas partes del neocórtex (estructura que conforma la mayor parte de la corteza cerebral) y que transmite información relevante. En inglés se le denomina a esta red "feedback connections", es decir, que van en dirección prohibida.
Los científicos llevan años tratando de averiguar cómo se organizan, y el papel que desempeñan en funciones cognitivas (aprender y recordar información)
Para resolver este gran misterio, Tiago Marques, Julia Nguyen y Petreanu, utilizaron un método antiguo de Petreanu. Con él, midieron la actividad en los putos de conexión de esta red. Este método les proporcionó una nueva visión e las conexiones de retroalimentación y cómo forma la percepción visual.
Hasta ahora se creía que el proceso de la visión era jerárquico, pero descubrieron que hay una organización donde estas conexiones apuntan a neuronas concretas de las estructuras cerebrales inferiores, las cuales reciben la imagen de la realidad que viene de los ojos.
También descubrieron que estas conexiones siguen un propio patrón y que proporcionan una imagen completa de la realidad.
Fuente: Tendencias21
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