Lo primero que notarás es una subida de peso. Muchos veganos determinan cambiar la carne por carbohidratos como la carne. Según el dietista Pablo Ojeda, las legumbres tienen carbohidratos, por lo que si las acompañas con pan, tienes todas las papeletas de engordar. Si estás preocupado por las proteínas, deberías saber que muchos vegetales tienen incluso más proteínas que la carne. Por ejemplo, los guisantes que se usan para hacer hamburguesas veganas. El tofu y tempeh, son otras opciones.
Unos estudios publicados en la revista Nature, revelan que las dietas a base de plantas son beneficiosas para el metabolismo y mejora la microbiota del sistema digestivo, lo que ayuda a perder peso en caso de obesidad. Se sabe que las dietas veganas mejoran el tránsito intestinal, ya que se consume más fibra. Este cambio, serás más notorio si añades bastante fruta, verdura y cereales integrales.
Al eliminar de tu dieta las carnes, lácteos y huevos, se desechan los embutidos y la bollería, pero, ojo, tienen sus versiones veganas. Aunque, sustituirlos tampoco es bueno.
Según la Asociación Americana del Corazón, la alimentación vegana mejora la salud cardiovascular. Esto ocurre porque, tendemos a eliminar las grasas saturadas y alimentos ultraprocesados de nuestra dieta.
Los únicos inconvenientes reales son que necesitas suplementos de vitamina B12 y que tienes que tener mucho cuidado con el hierro. No podemos conseguir esta vitamina a través de ningún vegetal, pues, es de origen animal. En cuanto al hierro, podemos ingerir cítricos de postre para poder sintetizar mejor el hierro o añadir pimiento a las legumbres.
Fuente: EL PAÍS
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