Para empezar, aclaremos qué se entiende por una buena digestión. Es aquella que no notamos. El aparato digestivo hace su función (digerir alimentos y absorber nutrientes) pero no hay síntomas de pesadez, ardor, gases, hinchazón abdominal, somnolencia ni malestar general explica Dra. María José Crispín, médico nutricionista de Clínica Menorca. “Cuando nos enteramos (notamos algún síntoma de los antes descritos) es porque hay algún fallito a lo largo del proceso. Puede ser algo menor, simplemente haber comido más cantidad de la saludable, o puede indicar una patología que debería diagnosticarse y tratarse”. En este sentido, Marta Villarino Sanz, Dietista-Nutricionista y miembro de la junta directiva del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA), afirma que es normal, que durante el proceso, se produzcan gases (que pueden notarse en mayor o menor medida en función de lo que comemos) “pero no influye de forma negativa en el devenir del día a día. Esto es importante por varios motivos, uno: que el comer no suponga un suplicio y algo que se acaba detestando, y dos: que la absorción de los alimentos sea la correcta en todo momento”. Estas expertas nos ayudan a esclarecer la importancia de la digestión en nuestro bienestar y cómo mejorarla.
Fuente: Vogue
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