Más de 2000 pacientes que se encontraban en tratamiento renal sustitutivo en España (TRS) de un total de 61000 pacientes de TRS en todo el país se han visto afectados por el SARS-CoV-2 desde el pasado mes de marzo hasta principios de octubre según el registro de COVID-19 de la S.E.N. (sociedad Española de Nefrología). Entre estos con enfermedad renal crónica, resalta en especial el impacto en los pacientes que reciben hemodiálisis y que ha alcanzado una tasa de mortalidad superior del 25%. El paciente renal afectado por COVID-19 es un hombre de 60 años (2/3 casos) de una edad media y un 22% diabéticos.
Ha sobresalido notablemente gracias al protocolo de actuación establecido con el Ministerio de Sanidad para atender a los pacientes renales en las unidades y centros de diálisis españolas, "se ha logrado prevenir y proteger a los pacientes renales para que la incidencia por COVID-19 no aumentase" pero que requiere de prudencia, precaución, y de seguir las medidas de seguridad y protección.
El ministerio de Sanidad ha mandado un mensaje de alerta por el crecimiento que la enfermedad renal crónica viene experimentado en España en los últimos años, una patología que a pesar de afectar a una parte importante de la población española, aproximadamente unos siete millones de personas, y tener un gran impacto en la posibilidad de supervivencia y calidad de vida de los pacientes, es una gran desconocida para la mayoría de opinión pública.
Con igual preocupación se observa la incidencia. Esto supone que más de 6800 personas con enfermedad renal habrían iniciado TRS con diálisis o trasplante en 2018, para alcanzar un total de 61000 pacientes en TRS.
Según los nefrólogos el aumento de la incidencia de la prevalencia de la enfermedad renal crónica en España (ERC) se relaciona con aspectos como el envejecimiento de las personas, sobre todo con factores de riesgo como diabetes y la enfermedad cardiovascular (responsable del 50% de los cascos), la obesidad, la hipertensión, arterial o tabaquismo. De ahí viene la importancia de tener hábitos saludables, para parar el avance de esta patología que los síntomas que presenta son pocos reconocibles en sus estados iniciales y que tiene una tasa de infradiagnóstico que supera el 40%.
La presidenta de S.E.N. Ha dicho que han avanzado mucho en el tratamiento de la enfermedad renal crónica en fase avanzado con un gran nivel de excelencia en nuestro país, hay que actuar ahora desde la prevención y la atención precoz, aumentando esfuerzos que nos permitan desarrollar estrategias y actuaciones para prevenir y potenciar la atención temprana a los pacientes reforzar la atención primaria e implantar acciones que impliquen una formación en estilos de vida saludable desde pequeños, para que así se pueda prevenir sus principales factores de riesgo y detener su incidencia de cara al futuro. Para ello se necesita el apoyo de todos y concienciar a la sociedad para que sepan la importancia que tiene la Enfermedad Renal Crónica y el fuerte impacto que supone para los pacientes, sus familias y también para el sistema sanitario.
Fuente:Infosalus
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