LOS ESPERMATOZOIDES NO NADAN COMO SE PENSABA

Por años se ha creído que en cuanto los espermatozoides entran en el cuerpo  femenino, nadan vigorosamente en busca del óvulo para lograr fecundarlo, pero nuevas investigaciones apuntan a que eso podría no ser del todo cierto y que incluso, la forma de de la cola de estas pequeñas células sexuales es distinta a como se ha representado.

El sistema reproductor masculino crea al espermatozoide que es producido en os túbulos seminíferos en cada testículo, según la  Biblioteca nacional de medicina de los EE.UU. 

Se conforma  por la cabeza que contiene el ADM que al combinarse con el del óvulo, crea un nuevo individuo, y también tiene una cola que se creía que hace un movimiento en forma de látigo, de lado a lado, para impulsarlo hacia su objetivo.
Los espermatozoides humanos no nadan haciendo oscilar la cola, como se ha pensado durante  más de 300 años. Esa forma de moverse es solo una ilusión óptica que ha desenmascarado un equipo de investigadores, gracias a as matemáticas y la microscopía en 3D más avanzada. 

Un estudio firmado por científicos mexicanos y británicos revela que, en un lugar de oscilar la cola como si de una anguila se tratara, está en realidad ésta torcida y solo se mueve de un lado, mientras que la cabeza del espermatozoide debe rodar sí misma para poder desplazarse recto, según reporta EFE.

El estudio publicado en Science Advances  revela que la cola de los espermatozoides está, de hecho, torcida y solo se mueve de un lado, por lo que deberían nadar en círculos, sin embargo han encontrado una forma inteligente de adaptarse y avanzar.  
Los espermatozoides (descubrieron que si rodaban  mientras nadaban, como  las juguetonas nutrias que sacan el corcho  a través del agua) irían recto, explican los investigadores.
 
El giro es, sin embargo, completo: la cabeza del esperma gira al miso tiempo que la cola lo hace en la dirección de la natación. 

Más de 300 años después, este descubrimiento echa por tierra los observaciones de  Antonie Van    Leeuwenhoek, quien usó uno de los primeros microscopios para describir el esperma humano como si tuviera una cola que, al andar, se mueve como una serpiente, como las anguilas en el agua.

El equipo reveló que se rata de una ilusión óptica. para ello usaron una cámara de alta velocidad capaz de grabar más de 55.000  fotogramas por segundo y una platina de microscopio con un dispositivo para mover la muestra de arriba a abajo a una velocidad increíblemente alta.








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