En el plano de la protección solar, hay alternativas pero todo dependerá de cuáles sean las preocupaciones del consumidor: protección del medioambiente y de la cadena alimenticia, alergias, salud general, etc. La mayoría de los que se encuentran en el comercio convencional tienen filtros químicos. Son sustancias como el octocrileno, casi todas derivadas del petróleo, que la piel absorbe. Generan una reacción fotoquímica para bloquear y transformar la radiación solar. Muchos son controvertidos y sobre algunos tienen ya la etiqueta de disruptor endocrino .En los últimos años se ha empezado a estudiar la eficacia de algunos filtros de origen biológico, como el helecho Polypodium leucotomos, Catequinas del te verde, la silimarina del cardo mariano o los polifenoles de semillas de uva negra. Hay algunos resultados alentadores tras investigaciones en laboratorio sobre su eficacia para repeler la radiación solar y proteger del envejecimiento de la piel, pero se necesitan estudios más avanzados para confirmar estos efectos
Es importante señalar también que cualquiera de estos bloqueadores tendrá consecuencias sobre el medioambiente. Gracias a nuestra afición por los baños de mar, entre 6000 y 14000 toneladas de crema solar acaban en los océanos. Estos productos químicos son particularmente tóxicos para los corales. Por eso, algunos ambientalistas apuntan ya a que la mejor protección contra el sol es la ropa.
Fuente: msn
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