El hallazgo publicado en la revista de temas científicos 'Nature' se especializa en el estudio de enfermedades genéticas, problemas de fertilidad y
una gran variedad de experimentos que antes resultaban imposibles de
estudiar a los ojos de los científicos debido a la dificultad de trabajar con embriones humanos.
La creación y el desarrollo temprano de la vida humana es uno de los
procesos que la ciencia tiene más dificultades para investigar. Sin
embargo, las dificultades para obtener embriones humanos y conocer cómo se forman o qué les afecta está ahora más cerca de terminar el proceso de creación del primer embrión humano: un equipo de
investigadores liderados por José Polo, un bioquímico de la Universidad Monash, ha conseguido crear un
modelo artificial de embrión humano que puede ayudar a comprender las
primeras dos semanas del desarrollo de la vida en este embrión humano echo a base de células de la piel.
El equipo de Polo, en la Universidad de Monash (Australia), ha logrado crear un modelo de un embrión de seis días de vida llamado blastocisto a partir de células de la piel humana.
“Lo que hemos logrado es crear un modelo de blastocisto a partir de células de la piel humana reprogramadas a células madre pluripotentes inducidas (IPS)”, explicaba a El Independiente desde su ciudad natal, Australia, el investigador que ha liderado el proyecto que hoy se publica en la revista Nature. Es la primera vez que se logra crear un modelo de embrión humano, una hazaña que hasta ahora sólo lo había logrado en ratones Juan Carlos Izpisúa, un investigador español.
Su hallazgo empezó con un descubrimiento practicamente casual cuando trataban de comprender el proceso por el que las células de la piel son capaces de reprogramarse en células madre pluripotentes inducidas (IPS), un hallazgo por el que Yamanaka había logrado el Nobel en 2012.
«Ya el año pasado hallaron que también podían hacer células de la placenta, el trofoblasto, algo que ya fue publicado en Nature. Y lo que decidieron fue ver qué pasaba si en vez de estudiar estas células que estaban siendo reprogramadas en placas de petri, que es de dos dimensiones, les pusieron una placa en forma de pirámide invertida, y que permite que las celulas interaccionen en tres dimensiones.
Lo que no esperában era que se organizaran y formaran una estructura parecida a la de una pelota. De hecho, cuando se formó tuvieron que experimentar de muchas maneras para comprobar qué era hasta que concluyeron que era un modelo de embrión», explicaba desde la universidad ubicada en Australia a El Independiente José Polo.
Fuente: El Independiente
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