UN 6% DE SU PESO EN MATERIAL SEMINAL

Foto de Katrin Pretterenber
''Influencia de las estrategias de apareamiento sobre la inversión material seminal en cangrejos'' es el título del estudio liderado por Katrin Pretterebner, graduada del Doctorado en Biología Marina de la Universidad Austral de Chile, que se enfocó en evaluar la inversión energética masculina en la producción de gametos, comparando cuatro especies de jaibas y cangrejos que habitan en la bahía de Los Molinos, Región de Los Ríos: Homalaspis plana, Romaleon setosum, Metacarcinus edwardsii y Taliepus dentatus. Dos especies, los dos primeros, mostraron alta inversión debido a cantidades significativas de proteínas y lípidos. Ambas especies se caracterizan por vasos deferentes grandes y complejos, y la formación de un tapón de esperma notablemente grande depositado en la hembra después de la cópula como estrategia para evitar la competencia de esperma. Por el contrario, Metacarcinus edwardsii y Taliepus dentatus invirtieron poca energía en sus vasos deferentes más pequeños y más simples. Los rasgos morfo funcionales pueden desempeñar un papel clave en la determinación de la inversión, que también puede verse influida por mecanismos (es decir, tácticas de apareamiento) para evitar la competencia espermática y la intensidad de la poligamia.

Según lo explicado por el equipo científico, las diferentes estrategias y conductas observadas en los machos para asegurar la paternidad están relacionadas a la selección natural de las especies, con foco en el traspaso de los genes a la próxima generación.

En el caso de los vertebrados, el gasto energético en producción de espermios se considera bajo, mientras que en algunos invertebrados, como jaibas y cangrejos, se destina hasta el 6% de su peso corporal en material seminal, lo que es considerado altísimo.

El trabajo co-desarrollado por los doctores Luis Miguel Pardo, Kurt Paschke y Marcela Paz Riveros, pertenecientes al Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) profundizó, además, en el peso y tamaño del sistema reproductor de los machos y sus diversas tácticas para evitar la competencia por la paternidad, entre las cuales destacan adaptaciones morfológicas, fisiológicas y de comportamiento como la protección de la pareja, las cópulas múltiples y los tapones de esperma, entre otros. 

El Dr. Pardo explicó que, en general, en las especies animales el gasto energético en la reproducción se lo llevan las hembras, debido al tamaño que poseen los gametos femeninos. “En términos simples, el óvulo es más grande y tiene vitelo (sustancias nutritivas) siendo más ‘caro’ energéticamente en contraposición al espermatozoide. Sin embargo, hay especies en que los machos invierten una cantidad importante de energía en conducta y productos asociados del material seminal, no necesariamente espermio”, indicó.

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