Los llamados astrocitos glumatérgicos podrían tener un papel en trastornos como el alzheimer según sus descubridores.
En 1888 un hombre llamado Santiago Ramón y Cajal se lanzó a estudiar en su microscopio cerebros humanos consiguiendo demostrar que el cerebro estaba organizado en células individuales con las neuronas como principales protagonistas del pensamiento. El neurocientífico italiano Andrea Volterra, que durante años relató la historia de Cajal a sus alumnos en la universidad de Lausana (Suiza) anunció el pasado 6 de septiembre el descubrimiento de un nuevo tipo de célula en el cerebro. Hasta que apareció Cajal, la comunidad científica creía que el cerebro era una masa difusa de células conectadas físicamente entre sí. El investigador español mostró que eran entidades independientes, aunque se acariciaban y se comunicaban con lo que llamó poéticamente “besos”, hoy conocidos como sinapsis.
El equipo también ha observado que los astrocitos glumatérgicos desempeñan un papel en un circuito que controla los movimientos y está alterado en el parkinson: la vía nigroestriada de la dopamina.
La neurocientífica Marta Navarrete aplaude el nuevo estudio, pero cree que los astrocitos glumatérgicos son más bien un subtipo de astrocito, no un nuevo tipo de célula y que el nuevo descubrimiento del equipo de Andrea Volterra añade más complejidad al inconcebible cerebro humano.
Fuente: El País
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