LOS CASOS DE MALARIA CRECEN FRENTE A LA CRISIS CLIMÁTICA

Un estudio afirma que los enfermos que había de paludismo en 2022 aumentaron hasta los 249 millones, cinco más que el año anterior, además media docena de países son responsables de esta subida de casos, con Pakistán a la cabeza. Estas últimas cifras están muy por encima de las que había en prepandemia, 233 millones, en 2019, según el informe mundial de malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

 Entre muchas de las explicaciones de este incremento está el crecimiento demográfico, las crisis humanitarias y el cambio climático. Beatriz Galatas, epidemióloga del Programa Global de Paludismo de la OMS afirma que el cambio climático es la principal amenaza para la salud y también para la lucha contra la malaria. No solo es por la expansión del mosquito que la trasmite, que vive en aguas estancadas, sino también por el desplazamiento de la población y la destrucción de infraestructuras médicas están dificultando el acceso a los servicios sanitarios para que estos traten la enfermedad y frenar su propagación. Algunas veces los fenómenos climáticos pueden influir en la propagación de grandes epidemias como la malaria.

Los casos de malarias en Pakistán llegaron hasta los 500.000 en 2021 a 2,6 millones en 2022. En cuanto a las muertes causadas por la malaria en todo el mundo fueron 608.000 el año pasado, lo que significa que las muertes han descendido desde 2020, pero no lo suficiente para bajar al número de 2019, 576.00 muertes por malaria.

Lo que la OMS no tiene por el momento muy claro es de que forma afectara el cambio climático en la lucha contra la malaria, se cree que en los periodos de altas temperaturas los casos descienden, ya sea porque el mosquito no es capaz de aguantar esas elevadas temperaturas, Beatriz Galatas asegura que en las temporadas de abundantes lluvias siempre observan que hay un aumento de casos, por lo que si que está seguro es que la supervivencia del mosquito depende en gran parte de la temperatura y de la  humedad del hábitat en el que se encuentra.

Otro de los desafíos que está frenando la lucha contra la malaria son los riesgos biológicos, ya que el parásito Plasmodium, causante del paludismo, se está volviendo resistente a algunos fármacos que deberían acabar con él. Otro gran riesgo biológico es que los mosquitos se están volviendo resistentes también a los insecticidas que anteriormente se utilizaban para impregnar las mosquiteras que hay en zonas endémicas para evitar las picaduras de este mosquito, para que el insecticida sea lo demasiado fuerte para estos mosquitos hay que hacer una mezcla de varios insecticidas que son más caros, por lo que los recursos han ido disminuyendo en estas zonas endémicas.

Galatas asegura que hay que invertir más en ciencia, para que la vacuna contra la malaria sea de una sola dosis, las que ya hay son de dos dosis, mejores insecticidas, medicamentos que no requieren de cadena de frío, etc. Aún así a comienzos de octubre de este año la OMS recomendó una vacuna más barata y que se puede hacer llegar a todos los niños que dependen de ella en países como África.

Fuente: El País 

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