CRECIMIENTO DE ALERGIA ALIMENTARIA EN ESPAÑA

El número de incidencias por alergias alimentarias en España está creciendo. Son la quinta causa de consulta en adultos y en niños la tercera.

Entre los menores europeos, la leche de vaca y el huevo de gallina son los más frecuentes, en los dos primeros años de vida. El cacahuete y los frutos secos van seguidos.

En países del área mediterránea son más propensos a desarrollar alergia al melocotón, a la lenteja y la nuez. En España, el melocotón es uno de los tres principales alimentos que provocan alergia, junto al melón, la gamba y el pescado. Hay una mayor frecuencia con el melocotón, frutos secos y cacahuete.

Las enfermedades alérgicas tienen una tendencia genética. Las razones por las que se conocen más casos es porque las técnicas de diagnóstico han mejorado y hay una mayor concienciación en la población.

Las personas que sufren una reacción alérgica a una sustancia, también desarrollan normalmente sensibilidad a otra. Esto es debido a que tienen características similares. Por ejemplo, quien sufre reacción al polen son vulnerables a sus frutas.

Los síntomas de una alergia alimentaria son rápidos tras ingerir el alimento, o incluso únicamente habiéndolo tocado.

En las dos primeras horas la persona afectada puede presentar picor, escozor, hinchazón de labios, estornudos, diarrea, vómitos o dolor abdominal. En casos de reacción extrema puede producir un shock anafiláctico en el cual se añade perdida de conocimiento o hipotensión

La indicación, tras un episodio de este tipo, es acudir lo antes posible al especialista en alergias, el alergólogo; para que determine la causa y realice un diagnóstico completo al paciente.

Los nutricionistas recomiendan no autodiagnosticarse, ni en alergias ni en intolerancias.   
En muchas ocasiones, puede ser el resultado del estrés y de tener unos hábitos alimentarios incorrectos; como comer rápido, no masticar bien y puede provocar irritación en la mucosa del estómago.

No siempre son fáciles de detectar las alergias alimentarias. Especialmente las que son provocadas por alimentos que comemos con poca frecuencia.

No existe un tratamiento farmacológico para tratar las alergias. La solución siempre será, excluir de nuestra alimentación el alimento que nos produce reacción, y seguir unas medidas de prevención. Cuando la reacción es poco importante se puede tomar un antihistamínico y cuando es grave se debe inyectar epinefrina.

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