En España y según esta encuesta, un 48% de los adolescentes declara haber tomado este tipo de bebidas en el último mes, siendo el consumo más alto entre chicos (51%) que entre chicas (39%). Si se analizan estos datos, podemos confirmar que existe un problema de salud pública, ya que este tipo de bebidas superan en un gran porcentaje la cantidad recomendada de ingesta diaria para un adolescente de 50kl. de cafeína y de azúcar y pese a que se comercializa por sus energizantes, ningún estudio ha confirmado hasta ahora que estas bebidas tengan ningún beneficio.
Lo que sí está probado, es que su ingesta (sobre todo en grandes cantidades y mezcladas con alcohol) tienen efectos negativos para la salud física y mental. Estos problemas son: riesgos cardiovasculares y neurológicos, alteraciones del comportamiento y del sueño entre otros, lo cual tiene como consecuencia, peores notas, repiten más cursos o faltan más a clase, tal y como declaran los adolescentes que suelen tomar estas bebidas. A su vez, se estima que el 70% de las personas en general desconocen la composición que tienen y sus posibles efectos secundarios.
En España, el consumo de este tipo de bebidas está completamente normalizado y no existe una regulación específica que diga los ingredientes que pueden contener, sus concentraciones máximas ni en que posibles combinaciones. Cada vez hay más voces que piden su regulación pero esta no se ha llegado a producir hasta el momento y El Ministerio de consumo solo ha dictado al respecto diez recomendaciones que han sido elaboradas y acordadas en conjunto, con las industrias que fabrican estas bebidas energéticas.
Fuente: EL PAÍS
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