Se sabe que los alimentos ricos en grasas son los favoritos de mucha gente y también que es la primera causa del aumento de peso, sin embargo, los mecanismos neuronales que vinculan las propiedades sensoriales de la grasa y la conducta alimentaria siguen sin estar claros aún para la ciencia, hasta ahora.
Sin embargo, un grupo de científicos acaba de detectar qué parte del cerebro identifica esa sensación y la relaciona con un valor y una recompensa.
Sus descubrimientos, publicados en la revista The Journal of Neuroscience podrían ayudar a crear alimentos bajos en calorías que dan la sensación de grasa en la boca y así “engañar” al cerebro, pero con menos calorías.
Partieron de la hipótesis de que los alimentos ricos en grasas, como el helado, son queridos no sólo por su sabor, sino también por las sensaciones físicas que producen en la boca.
Luego de la investigación llegaron a la conclusión de que existe un área del cerebro que responde a la textura suave de los alimentos grasos y utiliza esa información para valorar el atractivo del bocado, guiando la conducta alimentaria.
Los resultados nos dicen que los sistemas de recompensa del cerebro humano localizan la grasa de la dieta a partir de la fricción por deslizamiento oral del alimento en la boca, una propiedad mecánica de los alimentos que influye en las experiencias alimentarias diarias.
Fuente: Infobae
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