La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe a nivel mundial de la hipertensión arterial. Cuatro de cada cinco personas, no recibe un tratamiento adecuado.
Esta afección, frecuente y mortal, causa accidente cerebrovasculares, infartos de miocardio, insuficiencia cardiaca, daños renales y otros problemas de salud.
El número de personas con hipertensión arterial se duplicó entre 1990 y 2019, pasando de 650 millones a 1300 millones.
La mitad de las personas desconocen que sufren esta afección.
La edad avanzada, una dieta elevada en sal, falta de actividad física, la genética o un consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de sufrir hipertensión arterial.
Dejar de fumar, practicar más deporte, una dieta más saludable, pueden ayudar a reducirla. Algunas personas necesitan medicamentos para controlarla de manera eficaz.
Los programas de control, apenas se les da prioridad y la financiación está muy por debajo de lo necesario.
En la actualidad pueden prevenirse mediante medicamentos asequibles y, por tanto, evitar un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
El tensiómetro es una opción útil para tener en casa y poder controlar nuestra presión arterial, sobre todo, si sufrimos de hipertensión, son muy fáciles de usar y económicos.
La hipertensión se caracteriza por una presión arterial elevada, en la que los vasos sanguíneos alcanzan niveles de 140/90 mmHg o 180/120 o más.Puede permanecer asintomática y peligrosa; surgir síntomas alarmantes como dolor intenso de cabeza, visión borrosa, dolor en el pecho, mareos y dificultad para respirar.
Para combatir el daño cardiovascular asociado a la hipertensión arterial, la Universidad Autónoma de Madrid está estudiando la importancia de potenciar la resolución de la inflamación. Un mediador pro resolutivo específico, la Resolvina D2, podría ser la clave para prevenir y reparar este daño, de esta forma abriría nuevas puertas para tratamientos más eficaces.
Muchos pacientes no logran reducir su presión arterial, dejando un riesgo cardiovascular.
Diversos estudios apuntan al sistema inmune y a la respuesta inflamatoria como factores que desencadenan en el daño cardiovascular hipertensivo.
Es esencial desarrollar nuevos medicamentos que mitiguen o contrarresten la reacción inflamatoria, puesto que los tratamientos actuales no son adecuados.
Fuente(s):OPS, 20 Minutos, Universidad Autónoma de Madrid
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