El nuevo estudio realizado por investigadores de Reino Unido y de Estados Unidos han investigado más a fondo las contracciones repentina de las vías respiratorias, más en concreto las ramificaciones de los pulmones, es decir los bronquios. Los resultados que se han recibido tras hacer un estudio en pulmones de ratones que sufren asma y en el tejido respiratorio de los pacientes, parecen ser los culpables de la multitud todos los efectos posteriores del asma en las vías respiratorias.
Elena Ortiz-Zapater, farmacóloga valenciana e investigadora del departamento de bioquímica de la Universidad de Valencia, fue quien se percató que el asma produce en las vías respiratorias un empequeñecimiento muy rápido, esto afecta a las células epiteliales que recubren el interior de las vías. Estas células no son tan flexibles como las musculares y que no están preparadas para este tipo de agresión en las vías. Debido a la compresión las células epiteliales se quedan sin espacio y acaban muriendo y despareciendo. Tras el ataque, las vías respiratorias se quedan “expuestas” y dejan que entren al organismo los contaminantes o agentes alérgicos, lo que explica por qué los asmáticos tienen más propensión a sufrir infecciones respiratorias y también cómo sucede el ciclo vicioso de inflamación, obstrucción y falta de respiración que es característico de los ataques de asma.
Este “descubrimiento es el resultado de más de diez años de trabajo”, ha dicho Jody Rosenblatt, bióloga celular del King’s College de Londres . “Como biólogos celulares, hemos podido demostrar que la constricción física de un ataque de asma causa una destrucción generalizada de la barrera de las vías respiratorias. Sin esta barrera, los pacientes con asma tienen muchas más probabilidades de sufrir inflamaciones en las vías en un futuro, problemas de cicatrización de heridas en las vías respiratorias e infecciones que provocarían más ataques. Al entender este mecanismo fundamental, ahora estamos en mejor posición para prevenir todos estos problemas”, ha explicado Rosenblatt.
El estudio también ha ensayado un tratamiento que podría ser el primero que ataque a las causas del asma y no solo alivie sus síntomas. Los investigadores han demostrado cómo evitar esa destrucción de la barrera celular de las vías respiratorias usando gadolinio, un compuesto que se usa como contraste en las resonancias magnéticas. Los investigadores han demostrado que este compuesto evita la extrusión de las células epiteliales después de una contracción de las vías respiratorias, lo que a su vez evita la respuesta inflamatoria, el moco y el resto de síntomas asociados a los ataques de asma.
Este hallazgo “podría frenar el ciclo inflamatorio e incluso revolucionar los tratamientos actuales para el asma”, opinan Jeffrey Drazen y Jeffrey Fredberg, expertos en salud ambiental de la Universidad de Harvard .El mismo mecanismo, apuntan, podría ser relevante para entender y tratar otras enfermedades, como el síndrome del intestino irritable, caracterizado también por el daño a las células epiteliales por contracciones repentinas bastante parecidas a las que causa el asma en las vías respiratorias.
Elena Ortiz-Zapater, farmacóloga valenciana e investigadora del departamento de bioquímica de la Universidad de Valencia, fue quien se percató que el asma produce en las vías respiratorias un empequeñecimiento muy rápido, esto afecta a las células epiteliales que recubren el interior de las vías. Estas células no son tan flexibles como las musculares y que no están preparadas para este tipo de agresión en las vías. Debido a la compresión las células epiteliales se quedan sin espacio y acaban muriendo y despareciendo. Tras el ataque, las vías respiratorias se quedan “expuestas” y dejan que entren al organismo los contaminantes o agentes alérgicos, lo que explica por qué los asmáticos tienen más propensión a sufrir infecciones respiratorias y también cómo sucede el ciclo vicioso de inflamación, obstrucción y falta de respiración que es característico de los ataques de asma.
Este “descubrimiento es el resultado de más de diez años de trabajo”, ha dicho Jody Rosenblatt, bióloga celular del King’s College de Londres . “Como biólogos celulares, hemos podido demostrar que la constricción física de un ataque de asma causa una destrucción generalizada de la barrera de las vías respiratorias. Sin esta barrera, los pacientes con asma tienen muchas más probabilidades de sufrir inflamaciones en las vías en un futuro, problemas de cicatrización de heridas en las vías respiratorias e infecciones que provocarían más ataques. Al entender este mecanismo fundamental, ahora estamos en mejor posición para prevenir todos estos problemas”, ha explicado Rosenblatt.
El estudio también ha ensayado un tratamiento que podría ser el primero que ataque a las causas del asma y no solo alivie sus síntomas. Los investigadores han demostrado cómo evitar esa destrucción de la barrera celular de las vías respiratorias usando gadolinio, un compuesto que se usa como contraste en las resonancias magnéticas. Los investigadores han demostrado que este compuesto evita la extrusión de las células epiteliales después de una contracción de las vías respiratorias, lo que a su vez evita la respuesta inflamatoria, el moco y el resto de síntomas asociados a los ataques de asma.
Este hallazgo “podría frenar el ciclo inflamatorio e incluso revolucionar los tratamientos actuales para el asma”, opinan Jeffrey Drazen y Jeffrey Fredberg, expertos en salud ambiental de la Universidad de Harvard .El mismo mecanismo, apuntan, podría ser relevante para entender y tratar otras enfermedades, como el síndrome del intestino irritable, caracterizado también por el daño a las células epiteliales por contracciones repentinas bastante parecidas a las que causa el asma en las vías respiratorias.
Para un futuro próximo solo queda resolver porque sucede la inflamación y la comprensión de las vías respiratorias que provocan el asma, debido a que se puede atribuir a diversos factores resalta Ortiz-Zapater.
Fuente: El País
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