En los últimos años se ha popularizado la práctica del ayuno intermitente, restringiendo a un periodo corto el tiempo diario de comida como una forma de perder peso sin conocerse sus efectos a largo plazo.
Las conclusiones de esta investigación se han presentado en las Sesiones Científicas 2024 sobre Estilo de Vida y Cardiometabolismo de Epidemiología y Prevención de la Asociación Americana del Corazón, en las que se presentan los estudios mas innovadores y reveladores de los últimos años sobre estilo de vida, salud y bienestar.
Victor Wenze Zhong |
El estudio lo realizaron con 20.000 adultos, a los que revisaron sus patrones dietéticos y los compararon con los datos sobre las personas fallecidas en los Estados Unidos entre 2003 y 2019. La edad media era de 49 años (la mitad hombres y la mitad mujeres) a los que se les hizo un seguimiento de entre 8 y 17 años. El 73,3% de los participantes eran blancos, el 11% hispanos, el 8% negros y el 6,9% de otra raza, incluso mestizos.
Según el estudio, aquellas personas que seguían un horario de alimentación restringido de 8 horas al día, lo que se conoce como ayuno intermitente, tenía un riesgo significativamente mayor (91%) de muerte por enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos que no seguían este ayuno. Incluso entre las personas que ya padecían enfermedades cardiovasculares preexistentes, el consumo de alimentos durante un periodo de entre 8 y 10 horas al día se asoció con un aumento del 66 % en el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular.
Por el contrario, la restricción horaria no redujo el riesgo global de muerte por ninguna causa, mientras que la alimentación superior a 16 horas diarias se asoció a un menor riesgo de mortalidad en las personas con cáncer.
Zhong reconoció que le sorprendió mucho descubrir que los que siguen un horario de alimentación restringido a 8 horas tenían más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares.
En líneas generales, este estudio sugiere que la restricción horaria puede tener beneficios a corto plazo, pero efectos adversos a la salud cardiovascular, a largo plazo.
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