Recientemente se ha publicado un estudio en la revista científica European Journal of Clinical Investigation llevado a cabo por los investigadores Sergio Valdés y Gemma Rojo Martínez, del área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER (CIBERDEM) pertenecientes al Hospital Regional Universitario de Málaga, que junto con otros compañeros pertenecientes al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA-Plataforma BIONAND, donde concluyen que existe una relación entre el nivel de lípidos en sangre y la exposición a los contaminantes del aire. Comprobaron que existe una relación entre la polución del aire y la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias, lo cual produce aterosclerosis.
El número de muertes debido a la contaminación atmosférica en nuestro continente es muy alto por lo que se necesitan medidas importantes capaces de disminuir este número. La Organización Mundial para la Salud (OMS) identifica la contaminación del aire como el mayor riesgo ambiental que existe y que además produce 4,2 millones de muertes cada año, de las que más de la mitad se deben a enfermedades cardíacas, isquémicas y accidentes cardiovasculares.
Para el estudio se han recopilado datos de 4.647 personas adultas de toda España, en las que se han medido entre otras cosas: edad, hábito de fumar, consumo de alcohol, dieta, actividad física diaria entre otros y la exposición que tiene cada uno de ellos a los contaminantes atmosféricos en el lugar donde viven, teniendo como referencia una serie de trabajos publicados por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales, y Tecnológicas (CIEMAT).
Los resultados obtenidos como ya se ha mencionado, asocian que aquellas personas que están en contacto a diversos contaminantes del aire tienden a tener un perfil lípido más acusado, con tendencia al desarrollo arterioesclerótico.
Como conclusión, esta muestra al ser de carácter nacional permite extrapolar estos resultados para realizar otras investigaciones a nivel local y regional, pudiéndose adaptar las acciones de salud públicas a cada una de ellas sin olvidar que las enfermedades cardiovasculares son responsables de casi el 30% de las muertes en nuestro país.
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