Es difícil no sentirse halagado cuando alguien nos comenta que parecemos más jóvenes de lo que somos. Para algunos, es el justo reconocimiento a los sacrificios realizados por mantenerse bien físicamente; otros atribuirán su envidiable aspecto a la herencia recibida de sus antepasados. Sin embargo, el aspecto exterior no siempre está en consonancia con el interior. ¿Está seguro de la juventud de su músculo cardiaco? Puede que se lleve una sorpresa.Una persona puede tener 25, 31, 43 o 57 años, entre otros muchos, pero la edad de su corazón puede no coincidir biológicamente con la que marca su DNI y, en algunos casos, ser mayor de lo real. Esta situación se puede dar en aquellas personas que no controlan adecuadamente sus factores de Riesgo Cardiovascular (RCV); es decir, los niveles de colesterol LDL –coloquialmente conocido como ‘malo’-, la hipertensión, el tabaquismo y la diabetes.
El Dr. José Ignacio Cuende, especialista en medicina interna del Hospital Universitario Río Carrión de Palencia y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, “si decimos a un paciente de 50 años que su riesgo cardiovascular es alto, no le transmitimos claramente cuánto de alto es su riesgo; pero si le decimos que su corazón no tiene 50 años sino 65, entiende que puede perder 15 años de su vida”.
Comentarios
Publicar un comentario