Los investigadores que llevaron esta investigación han descubierto que las personas que tiene un corazón redondo y que su forma se asimila a una pelota de beisbol, tienden a tener más probabilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular.
Los hallazgos de los investigadores, publicados en Med, la nueva revista médica revisada por pares de Cell Press , utilizaron un aprendizaje profundo y el análisis avanzado de imágenes, para así estudiar con mayor detenimiento la genética de la estructura del corazón y sus resultados fueron totalmente impresionantes, los científicos se plantearon la posibilidad de que, además del tamaño y la función, la forma del corazón podría aportar una gran cantidad de información adicional sobre este músculo vital.
En la investigación descubrieron que las personas con corazones de forma esférica tenían un 31% más de probabilidades de desarrollar fibrilación auricular y un 24% más de posibilidades de padecer una miocardiopatía, un tipo de enfermedad del músculo cardíaco, argumentó una vez acabada la investigación David Ouyang, cardiólogo del Smidt Heart Institute e investigador en la División de Inteligencia Artificial en Medicina.
Los investigadores llegaron a esta conclusión analizando las imágenes de resonancia magnética cardíaca de 38.897 personas sanas del Reino Unido. Además, usaron modelos computacionales para identificar marcadores genéticos del corazón que están asociados con estas afecciones cardíacas.
Los cardiólogos de Cedars-Sinai señalan que la forma del corazón va cambiando con el paso de los años y, por lo general, se vuelve más redonda con el tiempo, mucho más después de una enfermedad cardíaca.
"Los grandes biobancos con datos de imágenes cardíacas ofrecen la oportunidad de analizar y definir la variación en la estructura del corazón y función cardíacas, que no era posible con los enfoques tradicionales", explica Ouyang, y añade: "El aprendizaje profundo y la visión por computadora también permiten llegar a obtener medidas cardíacas más rápidas y más completas, que pueden ayudar a identificar las variaciones genéticas que afectan a un corazón, hasta años o incluso décadas antes de que se desarrolle una enfermedad cardíaca".
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