Las personas jóvenes podrían ser más susceptibles al efecto dañino de los factores que favorecen la aterosclerosis. Estas personas son más vulnerables a los efectos perjudiciales que conllevan dos de estos factores: el colesterol y la hipertensión.
Los investigadores creen que las arterias de las personas más jóvenes son más vírgenes porque han estado menos mostradas al envejecimiento.
El hecho de que se puede revertir la aterosclerosis es un hallazgo muy importante, pero ¿a qué edad?
Creen que desde los 20 o 25 años es muy importante empezar a controlarse y hacerse analíticas.
Proponen un control agresivo para bajar los niveles de estas dos enfermedades.
Esto se puede abordar con estilos de vida con dieta, dejando de consumir alcohol y reducir el consumo de sal y si esto no hace efecto habría que pasar a tratamientos.
La revista “Journal of the American College of Cardiology” subraya la necesidad de que el control agresivo de los factores de riesgo debería comenzar en edades más tempranas de la vida por lo que, escriben los investigadores, se deben cambiar las estrategias de prevención primaria.Todo esto podría conducir a un "cambio de paradigma" a través de una intervención temprana, específica y agresiva para cambiar el rumbo y prevenir el inminente tsunami de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas en una población que envejece.
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