Un holandés que admitió haber engendrado 550 hijos mediante donación de esperma aseguró que no era "un toro loco con ganas de reproducirse" durante un procedimiento judicial holandés en el que un niño nació con su esperma iniciado por la madre del niño. Tratando de impedir que siga donando en la clínica y a través de las redes sociales.La sentencia del caso está prevista para el 28 de abril y enfrenta al holandés Jonathan M., de 41 años, con Eva, que se convirtió en madre gracias al esperma del acusado, y la Fundación Donorkind, que reconoce que no existe ninguna ley que prohíba específicamente las acciones de Jonathan, pero cree "ponen en riesgo innecesariamente" a las generaciones futuras.
Riesgo de endogamia o incesto
Según el demandante, el comportamiento de Jonathan era peligroso "dado el riesgo científicamente demostrado de endogamia, incesto y consecuencias psicosociales negativas para los niños nacidos de donantes" y, además, obstaculizaba la libertad sexual de "el niño" porque siempre comprueban si un La pareja potencial no es en realidad tu hermanastro.
Jonathan, que admitió al llegar al tribunal que era padre de al menos 550 niños, argumentó que el riesgo de incesto era "muy pequeño" porque sus hijos podían saber quién era su padre porque él no era un donante anónimo y lamentó haberse convertido en "El rostros de quienes donan esperma a gran escala.
"Me pintan como un toro bravo con ganas de reproducirme. No lo soy. No creo en la evolución, creo en la creación", se defendió. Además, aseguró que tuvo una buena relación con muchos de sus padres, asistiendo a los nacimientos de varios de sus hijos e incluso asistiendo al funeral de uno de sus hijos.
Según el demandante, el comportamiento de Jonathan era peligroso "dado el riesgo científicamente demostrado de endogamia, incesto y consecuencias psicosociales negativas para los niños nacidos de donantes" y, además, obstaculizaba la libertad sexual de "el niño" porque siempre comprueban si un La pareja potencial no es en realidad tu hermanastro.
Jonathan, que admitió al llegar al tribunal que era padre de al menos 550 niños, argumentó que el riesgo de incesto era "muy pequeño" porque sus hijos podían saber quién era su padre porque él no era un donante anónimo y lamentó haberse convertido en "El rostros de quienes donan esperma a gran escala.
"Me pintan como un toro bravo con ganas de reproducirme. No lo soy. No creo en la evolución, creo en la creación", se defendió. Además, aseguró que tuvo una buena relación con muchos de sus padres, asistiendo a los nacimientos de varios de sus hijos e incluso asistiendo al funeral de uno de sus hijos.
Fuente: 20 minutos
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