Una de cada cinco personas experimenta dolor constante por distintas razones, lo que hace contínua la necesidad de seguir comprando analgésicos. Aun así, la sensibilidad al dolor es necesaria para la supervivencia y tiene una función protectora, la cual es provocar las reacciones reflejas que evitan que nos hagamos daño.
Hasta el momento, se pensaba que la percepción de una señal dolorosa estaba asociada a la existencia de nociceptores, unas neuronas encargadas en la recepción del dolor. Ahora, un grupo de investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia, ha descubierto un órgano sensorial nuevo capaz de detectar daños mecánicos dolorosos.
Este órgano está formado por células gliales con múltiples y largas protuberancias que colectivamente forman un órgano similar a una malla dentro de la piel. Estas células forman parte del tejido nervioso y, complementando a las neuronas, a la vez que dándoles soporte, son capaces de percibir los cambios ambientales.
El estudio describe este recién descubierto órgano, cómo está organizado junto con los nervios sensibles al dolor en la piel, y cómo la activación del órgano produce los impulsos eléctricos en el sistema nervioso que motivan reacciones reflejas y la experiencia de dolor. Las células que componen al órgano son muy sensibles a los estímulos mecánicos, lo que explica cómo pueden participar en la detección de pinchazos y presión.Hasta el momento se pensaba que el dolor se iniciaba exclusivamente por la activación de terminaciones nerviosas libres en la piel. El descubrimiento de este órgano podría abrir la puerta a una manera distinta de comprender como los seres humanos percibimos estímulos externos en general, y el dolor en particular, lo que también podría tener un gran impacto en el desarrollo de nuevos analgésicos que puedan mejorar sustancialmente la vida de millones de personas en el mundo.
Fuente: National Geographic
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