¿PERDER UN SENTIDO HACE QUE LOS DEMÁS SE POTENCIEN?

 Los seres humanos comprendemos nuestro entorno, reaccionamos ante él y sobrevivimos a sus peligros gracias a nuestros sentidos. Perder uno de ellos puede significar un impacto de proporciones inimaginables en la vida y en la manera de ser cualquier persona. Quedarse sordo, ciego, por ejemplo, trastoca la forma de percibir el mundo, entenderlo y de vivir en él. Sin embargo, estos traumas son superables gracias a la capacidad de adaptación que poseemos los seres humanos, que desarrolla habilidades que permiten a un impedido valerse por sí mismo. Pese a esta certeza, ¿es verdad que, al perder un sentido, los demás se potencian? Una persona ciega, ¿ve incrementada su capacidad auditiva? Un sordo, ¿ve mejor?

Esta aseveración, conocida por la inmensa mayoría de personas, es cierta y ha sido confirmada por una investigadora principal del Instituto de Neurociencias de Alicante y responsable del Laboratorio del mecanismo celular y molecular de las conexiones cerebrales: Guillermina López-Bendito

"Cuando la pérdida de un sentido tiene lugar de forma temprana, durante el desarrollo, el cuerpo humano experimenta cambios cerebrales importantes", destaca la investigadora. 

"Se sabe, por ejemplo, que la corteza cerebral que debería procesar los estímulos del sentido perdido, por ejemplo, el visual o auditivo, procesan otra información sensorial. En el caso de los ciegos, el área cerebral encargada de procesar estímulos visuales procesa información auditiva o somatosensorial".

Este, sin embargo, no es el único cambio que tiene lugar en el cerebro de alguien que pierde uno de los sentidos. No solo queda modificada la corteza cerebral, que debería ser responsable de procesar la información recibida por el órgano privado, sino que también lo hacen otras cortezas.

En edades tempranas, este proceso es mucho más claro que en adultos, ya que la plasticidad cerebral de éstos existe, pero es menor.

Fuente: La Vanguardia

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