Escuchar música a todo volumen con los cascos puede afectar a la salud auditiva.También hacerlo en un concierto o en una discoteca, o exhibirse encima del escenario, donde se superan los 100 decibelios.
“A pesar del impacto que tiene esta dolencia en la sociedad, al día de hoy las estrategias de tratamiento que protegen y restauran la audición son pocas e insuficientes”, reconoce Thanos Tzounopoulos, director del Centro de Investigación Auditiva de Pittsburgh y autor del estudio que se ha publicado este lunes en la revista PNAS. El experimento, hecho con ratones, investiga la correlación entre pérdida auditiva y la presencia en el oído interno de zinc, un mineral esencial para la función celular y la audición adecuadas.
“Sin embargo, el 10% restante, que se conoce como zinc lábil, se encuentra en un estado libre, y desempeña un papel crucial en la señalización celular.
La literatura científica nos dice que cuando la señal del zinc se desregula o se ve afectada de manera negativa, puede causar muerte celular, además de tener un papel en la degeneración de los nervios ópticos”, añade.
Posteriormente, pasaron a evaluar los niveles y la localización del zinc en la cóclea de estos ratones, en comparación otros que habían sido expuestos al mismo nivel de ruido solamente un día antes.
Si en los primeros ratones se observó que el zinc lábil se encontraba principalmente en las células externas, en los ratones que acaban de exponerse al trauma este se encontraba en la parte interna de la cóclea.
“Estos resultados demuestran que la exposición a sonidos fuertes provoca una masiva liberación de zinc en el espacio intracelular que interrumpe la comunicación normal entre células y provoca deterioro”, detalla Brandon Bizup, coautor del estudio, que reconoce que aunque la conexión entre los dos factores está clara, aún desconocen cuáles son los factores que impulsan este cambio.
Los experimentos demostraron que otro grupo de ratones, que fue tratado con un gel que atrapa el exceso de zinc que se libera en el canal auditivo tras la exposición a un ruido, eran menos propensos a la pérdida de audición y estaban protegidos del daño inducido.
Los experimentos demostraron que otro grupo de ratones, que fue tratado con un gel que atrapa el exceso de zinc que se libera en el canal auditivo tras la exposición a un ruido, eran menos propensos a la pérdida de audición y estaban protegidos del daño inducido.
“La parte activa de la droga es un quelante, capaz de extraer metales tóxicos del cuerpo.
El gel funciona como una esponja, capaz de atrapar el zinc en exceso y limitar el trauma.
“En primer lugar, igual que el papel del zinc como causa de la hipoacusia parece bien demostrado, no lo es tanto la posibilidad de proteger la pérdida y revertir los efectos”, destaca.
“Por otro lado, hay más mecanismos establecidos para explicar la hipoacusia asociada a ruido, como la inflamación, el estrés oxidativo y la apoptosis de las células”.
“Se trata, sin lugar a duda, de un descubrimiento que puede cambiar la forma en que nos relacionamos con este tipo de dolencias”, reconoce el otorrino Eduardo Raboso, jefe de servicio del Hospital La Princesa de Madrid, que no ha trabajado en el estudio.
Y si este se maneja mal y sale de las vesículas donde tiene que estar, los daños pueden ser permanentes”.
“Antes de poder aplicar el medicamento a los humanos, necesitamos realizar una serie de experimentos adicionales para garantizar la seguridad del medicamento, incluyendo estudios de toxicología y determinación de la dosis precisa”, señala Bizup.
El científico recuerda que la aplicación de quelantes de zinc de manera quirúrgica ya tiene precedente, como por ejemplo el empleo de esteroides para la pérdida auditiva súbita.
El otro reactivo, a través del tratamiento quirúrgico, en caso de una exposición involuntaria.
Usar protectores auditivos es esencial para proteger los oídos, independientemente de otras medidas que puedan llegar después”, insiste Tzounopoulos.
“La pérdida auditiva es el trastorno sensorial más común, afectando a un significativo porcentaje de la población, lo que subraya la importancia de proteger nuestros oídos de los niveles de sonido dañinos en la vida cotidiana”.
Fuente: El País
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