TENEMOS MAS DE 5 SENTIDOS

Nazareth Castellanos, reconocida neurocientífica del Laboratorio Nirakara-Lab y cátedra extraordinaria de la Universidad Complutense de Madrid, ha revelado sorprendentes hallazgos sobre cómo la postura y las expresiones faciales influyen en el funcionamiento del cerebro. Castellanos explica que nuestras posturas y gestos envían señales cruciales al cerebro, que este interpreta y responde activando mecanismos emocionales específicos.

Según Castellanos, una cara enfadada activa mecanismos de enfado en el cerebro, mientras que una postura encorvada, típica de la tristeza, induce la activación de mecanismos neuronales asociados con este estado emocional. Estos hallazgos subrayan la importancia de ser conscientes de nuestra postura y expresiones faciales en la vida cotidiana.

La neurocientífica destaca que no tenemos solo cinco sentidos, sino siete. Además de los sentidos tradicionales, la interocepción y la propiocepción son fundamentales. La interocepción se refiere a la información interna del organismo, como el ritmo cardíaco y la respiración, mientras que la propiocepción implica la percepción de la postura y los gestos. Castellanos argumenta que estas informaciones son esenciales para el cerebro y tienen un impacto directo en nuestras emociones.

En su investigación, Castellanos ha descubierto que la corteza somatosensorial del cerebro, que representa el cuerpo como una diadema, otorga mayor importancia a partes como la cara, las manos y la curvatura del cuerpo. Por ejemplo, fruncir el ceño activa la amígdala, una región cerebral vinculada con la emoción, lo que puede intensificar nuestra respuesta a situaciones estresantes. Además, estudios han demostrado que sonreír, incluso de manera simulada, puede hacer que las personas perciban el mundo de forma más positiva y creativa.


Castellanos también advierte sobre los efectos negativos de una postura encorvada, común en la era digital debido al uso prolongado de dispositivos electrónicos. Experimentando con la posición de un ordenador portátil, se demostró que una postura encorvada reduce la capacidad de recordar palabras y aumenta la tendencia a recordar términos negativos, afectando la memoria y la percepción emocional.

Para contrarrestar estos efectos, Castellanos recomienda ser más conscientes de nuestra postura y gestos a lo largo del día. Fomentar la conciencia corporal, observando cómo se siente nuestro cuerpo en diferentes situaciones, puede ayudarnos a manejar mejor nuestras emociones y tomar decisiones más informadas. Esta práctica incluye identificar sensaciones corporales asociadas con emociones específicas, lo que proporciona una mejor comprensión y gestión de estas emociones.

La respiración también juega un papel crucial en la relación entre el cuerpo y el cerebro. La respiración nasal, en particular, se asocia con una mejor memoria y atención. Castellanos subraya la importancia de una respiración lenta, con una exhalación más prolongada que la inhalación, como un método eficaz para aliviar el dolor crónico y manejar las emociones.

En conclusión, Nazareth Castellanos resalta la importancia de la interacción entre el cuerpo y el cerebro. Conocer y observar nuestro cuerpo, mantener una buena postura y practicar una respiración adecuada son estrategias clave para mejorar nuestro bienestar emocional y cognitivo. La ciencia nos invita a ser más conscientes de nuestros gestos y posturas, utilizando estos recursos para influir positivamente en nuestra mente y, en última instancia, en nuestra calidad de vida.

Fuente:BBC NEWS:BBC NEWS

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