Investigadores de la Universidad Ruhr de Bochum, en Alemania, han descubierto una nueva forma de percepción humana gracias a la realidad virtual, denominada " tacto fantasma". Este fenómeno permite a las personas sentir el tacto de objetos o personas en un entorno virtual sin contacto físico real. Durante algún tiempo, los usuarios de realidad virtual han reportado sentir esta sensación, describiéndola con hormigueos en contextos agradables y en otros más violentos como sensaciones dolorosas.
El equipo de investigación, liderado por Artur Pilacinski, utilizó resonancia magnética para observar el cerebro de los participantes mientras interactuaban con objetos en un entorno virtual. En el estudio participaron un total de 36 voluntarios. Primero, se les pidió que familiarizaran con el entorno y luego se les ordenó que tocarán una mano virtual con un bastón también virtual. Los participantes reportaron sensaciones de hormigueo, pinchazos, electricidad estática, aunque no había ningún tipo de contacto físico real.
Un hallazgo clave fue que el fenómeno del tacto fantasma también se produjo cuando los participantes tocaron partes del cuerpo no visibles en la realidad virtual. Sin embargo, cuando se utilizó un puntero láser en lugar de un bastón virtual, no se sintió el tacto fantasma. Esto sugiere que la percepción humana no se basa únicamente en la visión, sino en una combinación compleja de percepciones, sensoriales y la representación interna del cuerpo.
Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para la investigación en la percepción humana y tiene aplicaciones potenciales en la realidad virtual y la medicina. Podría ayudar a entender mejor enfermedades y trastornos neurológicos que afectan a la percepción corporal. El equipo de la Universidad Ruhr colaborará con los científicos de la Universidad Sussex para investigar más a fondo la “ilusión del tacto fantasma " y los procesos neuronales que la desencadenan. Este trabajo futuro se centrará en distinguir entre sensaciones reales del tacto fantasma y de otros procesos cognitivos que puedan influir en la percepción de estas sensaciones.
En conclusión, el estudio no solo confirma la existencia del tacto fantasma, sino que también revela que nuestra percepción y sensaciones corporales son más complejas de lo que se pensaba, involucrando múltiples factores sensoriales y cognitivos aún por descubrir.
Fuente:El Confidencial
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